En el vasto Sur, en los 243.943 kilómetros cuadrados de superficie que tiene Santa Cruz, Lázaro Báez construyó un imperio en hectáreas y metros cuadrados. Ante la Justicia en la causa Hotesur declaró 79 inmuebles, pero sumó además 25 estancias, chacras, departamentos, terrenos, casas a nombre suyo, de sus hijos y de sus empresas. Pero la Justicia comienza a considerar que, en los campos, podría haber dinero guardado.
De norte a sur, cerca del corredor turística de la Ruta 40, lindantes al macizo del Deseado que tiene riqueza minera, en esa inmensa superficie el empresario kirchnerista adquirió 427.033 hectáreas solo por detrás Luciano Benetton, el principal propietario en la Patagonia con 900.000 hectáreas.
Desde 2008 la compra compulsiva de estancias marcó el crecimiento patrimonial de Báez que a fines de 2013 ascendía a $ 66 millones. Las adquisiciones de tierras tuvieron un “modus operandi”. La mayoría de esos campos son tierra inactiva, sin cabezas de ganado “que le otorga valor a la tierra”, como explicó un propietario vecino del empresario K.
Cada vez que el titular de Austral Construcciones tomaba posesión de la tierra procedía a modificar por completo el alambrado existente y renovarlo con la contratación de sus propias empresas. El paso siguiente, era la renovación del casco de las estancias, derribando por completo el existente y construyendo viviendas de hasta dos plantas con todos los servicios, incluso de servicios satelital, como hizo en Cruz Aike el más emblemático de sus campos que tiene pavimentado los caminos entre los galpones.
El primer grupo de diez estancias que adquirió, se encuentran al margen del río Santa Cruz. Abarcan 182.000 hectáreas y pagó por ellas 27.300.000 dólares, en efectivo y en sólo seis meses. Esto fue denunciado por Mariana Zuvic, diputada del Parlasur, sospechando una maniobra de lavado de dinero. En este grupo colocadas a nombre de Austral, se encuentra Alquinta, allanada en 2013 en el marco de la Ruta del dinero K.
Parte de este conjunto de estancias serán inundadas en caso de avanzar la obra de las Represas «Néstor Kirchner» y «Jorge Cepernic». Báez ante escribano público se comprometió a donar el dinero de la expropiación de las tierras, para las escuelas técnicas de Santra Cruz, negando así, cualquier compra especulativa, algo denunciado por el ARI-Cc.
Después, Báez compró otras siete estancias colocadas a nombre de Valle Hermoso SRL, una de las dos empresas de su holding destinadas a la cría de ganado ovino y producción lanera. A nombre de Austral Agro S.A. firma con el mismo objeto social, se escrituraron otras siete estancias cercanas a la localidad de El Calafate, según consta en los registros de la propiedad inmueble.
Además, existen estancias colocadas bajo un poder general, cuando Javier Butti ex contador de Báez, se encargaba de realizar las transacciones financieras para la adquisición de campos. Un de las últimas propiedades se colocó a nombre del hijo menor del empresario, Leandro Báez.
La adquisión de hectáreas continuó. Lázaro Báez en una segunda etapa, compró tierras en el corredor turístico de la Ruta Nacional N° 40. El último grupo de estancias (nueve en total) tiene cercanía con la zona de riquezas minerales del suelo santacruceño.
“Toda la Pampa Alta son campos de Lázaro (Báez)”, detalló una fuente oficial de Santa Cruz al mirar un mapa catastral. Antes de que Austral Construcciones cayera en desgracia, desde sus oficinas se enviaba la maquinaria y alimentos para las estancias: alfalfa, maíz y alimentos para perros a las estancias.
Los campos son solo una parte de las cientos de propiedades registradas en Río Gallegos y El Calafate a nombre de sus tres hijos, su esposa Norma Calismonte y un conjunto de siete empresas, entre ellas Austral y Kank y Costilla que dirige Martín Báez.
fuente CLARÍN