Atención sí, preocupación desmedida no. El Gobierno tomó nota ayer del tono elevado con el que la nueva CGT unificada entrará en escena y, aunque reiteró que el «diálogo está abierto» con el sindicalismo, atribuye la beligerancia creciente al proceso previo de a la unidad de los sectores que conformarán la central obrera.
«Hoy a ellos los une cuestionar, no aplaudir. Así lo entendemos, aunque las puertas del diálogo para ellos están abiertas», afirmó ayer a LA NACION una alta fuente del Gobierno. Desde Balcarce 50 restaron importancia a las amenazas de futuras medidas de fuerza y las atribuyeron al proceso de elección de autoridades que atravesarán los sindicalistas de aquí al final del proceso, el próximo 22 de agosto.
¿No hay reclamos puntuales que atender? «Les dimos el 70 por ciento de lo que pidieron, incluidas las mejoras en Ganancias, la suba en el seguro de desempleo, la convocatoria al consejo del salario. En lo que no se les dio se está trabajando», afirmaron cerca del ministro de Trabajo, Jorge Triaca. El propio ministro puso paños fríos a la inminente aparición del documento crítico de políticas oficiales como la devaluación y el tarifazo. «A pesar de las dificultades hubo madurez y comprensión de los tiempos que vivimos por parte de las organizaciones sindicales», afirmó el ministro a LA NACION.
La presentación de un proyecto de ley que modifique las escalas en el pago de Ganancias, proyectado para 2017, es motivo de las reuniones que vienen manteniendo el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay ; el titular de la AFIP, Alberto Abad , y el propio Triaca, que conversó anteayer con el camionero Hugo Moyano y Andrés Rodríguez, de UPCN. «Hay diálogo permanente, con todos», recalcó un funcionario al tanto de las negociaciones con los gremialistas.
Para el Gobierno, la situación económica «no da tantos motivos como para un enfrentamiento directo» con la Casa Rosada. En referencia a la oposición a las subas en las facturas de servicios, enfatizan: «Aquí Moyano y (Antonio) Caló tienen un problema, porque los gremios vinculados a los servicios saben que había que ajustar tarifas que venían muy atrasadas y no protestan», puntualizaron.
En el Gobierno también minimizan la virtual parálisis en el Congreso de algunos proyectos enviados por el Poder Ejecutivo, como la ley de primer empleo, que fue anunciada por el Presidente a fines de abril y que aún no salió de las comisiones encargadas de tratarla en la Cámara de Diputados.
«Se alcanzó un consenso con las fuerzas opositoras para priorizar otros temas en estos meses. Pero en las próximas semanas, luego del receso, confío en que vamos a avanzar con esa ley», afirmó a LA NACION el diputado Eduardo Cáceres (Pro-San Juan), integrante de la Comisión de Legislación Laboral de la Cámara baja.
Otro referente legislativo tampoco se preocupa por eventuales cortocircuitos legislativos derivados de mayor conflictividad sindical. «Hoy nos necesitamos todos. Y la oposición crece en las encuestas en la medida en que colabora con el Gobierno», afirmó el legislador oficialista. La referencia tenía un destinatario concreto: el líder del Frente Renovador, Sergio Massa , un dirigente observado con desconfianza por la Casa Rosada pero a quien Macri necesita en la coyuntura para lograr acuerdos en el Congreso y gobernabilidad en la provincia de Buenos Aires.
fuente LA NACIÒN