Escuchar sí. Dialogar también. Pero dar «lo que no tenemos» será el límite. Ésta es la actitud que tomará la Casa Rosada en la próxima reunión que tendrán el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y los gobernadores de todas las provincias en Chubut.
La postura, afirmaron en la Casa Rosada, será la misma para con los reclamos crecientes del sindicalismo: habrá flexibilidad, pero no se pondrán en riesgo las metas económicas trazadas por el Gobierno.
Cerca de Frigerio saben que las provincias del centro vendrán con reclamos de deudas al cónclave. Los gobernadores Miguel Lifschitz (Santa Fe) y Alberto Rodríguez Saá (San Luis) elevaron, de hecho, el tono en sus últimas reuniones con funcionarios nacionales con relación a esas deudas, a pesar de estar cobrando puntualmente -junto a Córdoba- el 15 por ciento de coparticipación luego del fallo de la Corte Suprema.
«La Nación va a llevar a la reunión un temario consensuado con los gobernadores. Y cada uno podrá presentar luego un tema particular que quiera tratar. Todo se debatirá allí», prometen cerca del ministro, encargado de la relación con los mandatarios provinciales.
Allí, comentan en el Gobierno, se firmará el convenio con cada administración provincial, pactado en la reunión anterior en Córdoba. Y comenzará el «goteo» de fondos a las provincias, que en cinco años tendrán el dinero retenido por la Nación y desviado a la Anses.
De todos modos, nadie se hace ilusiones respecto del Fondo del Conurbano, cuyo tope María Eugenia Vidal pretende eliminar. «Ningún gobernador va a renunciar a cobrar esa plata, aunque el sistema sea claramente injusto y perjudique a la provincia de Buenos Aires», comentaron en el primer piso de la Casa Rosada.
Desde la gobernación, de todos modos, insistieron en que llevarán el reclamo a la Corte Suprema. «Apenas pase la feria judicial oficializaremos el reclamo», afirmó a LA NACION el ministro de Gobierno bonaerense, Federico Salvai.
Para ellos, como para la inminente CGT unificada, correrá la máxima que difundió uno de los vicejefes de gabinete, Gustavo Lopetegui. «En la historia humana, siempre se pide al que tiene. Acá muchos piden lo que saben que no existe», afirmó el coordinador en una reunión reciente. «A lo mejor, en lugar de pedir hacen política», agregó anoche otro alto funcionario de Cambiemos.
Colaborar y no confrontar
Con respecto a los gremios, que cuestionaron el tarifazo, la inflación y la devaluación en un documento conjunto, hay una respuesta con argumentos similares.
«Los sindicatos no han asumido el optimismo que tenemos nosotros, siguen pensando que todo está mal. Se tienen que dar cuenta de que es mejor colaborar que confrontar», afirmó a LA NACION el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, encargado junto con Frigerio de la relación cotidiana con los mandatarios provinciales y sus referentes en la Cámara alta.
Con respecto a los gremios, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, confía en el diálogo como antídoto contra los reclamos crecientes, con la zanahoria de nuevas concesiones como agregado. «Hubo madurez y comprensión del momento que vivimos», concedió el ministro a la nacion anteayer, mientras conocía el documento que confeccionaron Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Antonio Caló, cabezas de las tres CGT prontas a unificarse.
De cómo conseguir fondos para atender demandas se habló, y mucho, en la reunión de coordinación encabezada ayer por el presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada.
Allí, según fuentes oficialistas, se estimó en «al menos $ 40.000 millones de dólares» la cifra que se recaudará por la ley de blanqueo de capitales, que hoy será publicada en el Boletín Oficial. «Con esos fondos no nos hará falta tomar más deuda, habrá dinero para la inversión y la inflación bajará drásticamente en 2017», se entusiasmaban desde el Gobierno.
Por ahora, repetían en Balcarce 50, no habrá más fondos que los que las alicaídas arcas del Estado puedan pagar. «No podemos financiar a las provincias para desfinanciar a la Nación. Habrá que tener paciencia», contestaban a coro los funcionarios.
fuente LA NACIÒN