CÒRDOBA.- Con el guiño del presidente Mauricio Macri, el gobernador cordobés, Juan Schiaretti, profundizó las críticas -aunque sin nombrarlo directamente- al grupo Techint. En el cierre del IX Coloquio de la Unión Industrial de Córdoba (UIC), afirmó que «no se debe confundir política industrial con protección a monopolios».
«No debemos pensar que 40 años de capacidad de lobby implica que defenderlos es hacer política industrial -continuó-. Debemos decidir si protegemos a los productores o a los vendedores de insumos como celulosa, acero y aluminio. Queremos insumos a precios competitivos, eso es defender la industria».
Al gobernador lo escuchaban en primera fila el ministro de Producción de la Nación, Francisco Cabrera, quien después lo felicitó por la presentación; el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Adrián Kaufmann, y el gerente de Relaciones Institucionales de Techint, Luis Betnaza.
«No nos dejemos engrupir por los productores de insumos que nos venden más caro», insistió Schiaretti. La pelea entre Córdoba y la compañía de Paolo Rocca comenzó en abril, cuando el gobierno provincial la acusó de hacer lobby para cerrar acuerdos que le permitieran quedarse con el negocio de la provisión de caños para la red troncal de gasoductos. Después se extendió por el precio de la chapa que pagan los autopartistas.
Ayer, mientras Schiaretti hablaba, un sector del auditorio lo aplaudía y en la otra parte se veían caras de desconcierto e incomodidad. Betnaza abandonó su mesa minutos después de que el gobernador cerrara su discurso.
Cabrera afirmó estar «en concordancia» con lo expresado por el gobernador. Advirtió que «no es necesario abrir importaciones» para mejorar los precios, y señaló que en base al diálogo con los empresarios lograron reducir los precios de los aceros laminados. «El diálogo está abierto», reiteró, y enfatizó que la Comisión de Defensa de la Competencia analiza todos los casos, no sólo el del acero o el aluminio.
Consultadas por LA NACION, fuentes de Techint explicaron que los precios del acero son «competitivos a nivel internacional; más baratos que en México y Estados Unidos». Respecto de Brasil, admitieron que los laminados en caliente cuestan 12% más caros, pero que es una situación «coyuntural, que está en relación con lo que pasa en otros sectores de la industria».
Posición de la UIA
Kaufmann eligió la cautela para opinar sobre la controversia. «Hay que ser muy cuidadosos; en la Argentina los costos son el doble que en Brasil y el triple que en México, y China registra casos de dumping que alteran las ecuaciones», describió. Hizo hincapié en que las industrias electrointensivas, como la del acero y la del aluminio, pagan la energía tres veces más cara que en Brasil.
En diálogo con LA NACION, el presidente de la UIA razonó que es difícil encontrar en un país como la Argentina más de una compañía que produzca estos insumos. «Desde la UIA quiero cuidarlos a todos, pero pensemos que tienen precios por debajo de la Unión Europea, de Estados Unidos y de todos los países occidentales, salvo Brasil, donde por la coyuntura todo sale 40% más barato, y China, que tiene un esquema particular», sostuvo.
El economista Bernardo Kosacoff señaló a LA NACION que, en general, en el mundo los productores de insumos son grupos oligopólicos por una cuestión de escala y lo que se requiere es «la intervención de la política pública para evitar que incurran en un abuso de su posición dominante».
Indicó que, en el caso argentino, son plantas de última tecnología, modernas y eficientes, lo que les da competitividad. «Deben contemplar la cadena de valor y ver cómo impactan en sus clientes, porque sin ellos no tienen a quién venderle la chapa. Y el Gobierno debe evaluar la situación y poner en equilibrio los intereses, analizando el contexto de la política internacional, donde hay casos de prácticas desleales, como las de China», agregó.
Gerardo Venutolo, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra), que hoy se reúne con representantes del gobierno cordobés, admitió que hay una pérdida de competitividad en el sector por diversos factores, como los insumos más caros.
«Hablamos con los productores y dan su explicación, por lo que debemos trabajar en la matriz de costos -afirmó el directivo a LA NACION-. No podemos simplificar tanto el tema, porque el país no da para dos siderúrgicas, pero nos preocupa el problema».
fuente LANACIÒN