Aunque estuvo toda la sesión con la guardia en alto por el temor a que algún diputado propio u opositor «dialoguista» se ausentara y dejara sin quórum la sesión, anoche sobre la hora al oficialismo estuvo a punto de escapársele de las manos la sanción de la ley de reforma del régimen de ART. Fue por la repentina decisión del Gobierno de modificar la forma de cálculo de las actualizaciones de las jubilaciones y asignaciones familiares.
Estaba por votarse la ley cuando los bloques del Frente Renovador y el Justicialista salieron a denunciar que con el nuevo sistema la suba de los haberes resultaba inferior y anunciaron de manera sorpresiva que se abstendrían. La iniciativa terminó siendo aprobada con un resultado inédito: 88 votos a favor, 23 en contra y 44 abstenciones. Presentes en el recinto, 57 diputados del FpV se quedaron parados al lado de sus bancas para no dar quórum y convocando a sus colegas de otros bloques a que también se levantaran. «Cagones, si se levantan no hay ley», les gritaban.
Un instante después de la sanción de la ley, los tres máximos referentes del interbloque Cambiemos, el radical Mario Negri, el macrista Nicolás Massot y el «lilito» Fernando Sánchez, informaron que acababan de comunicarse con Mauricio Macri y que el Presidente les había anticipado que hoy el Gobierno daría marcha atrás con la resolución de la ANSeS.
La K Teresa García intentó convencer a líderes de otros bloques opositores a abandonar el recinto, pero no lo consiguió. «Esta ley se votó con el culo, no con el botón. Sergio Massa y Diego Bossio, ex titulares de la ANSeS, le dieron la ley al Gobierno en el día más triste para los jubilados», dijo anoche la diputada.
Aunque descontentos con la resolución de la ANSeS, en el Frente Renovador y el bloque Justicialista fundamentaron la decisión de permanecer y permitir que se aprobara la ley porque lo tenían acordado con la CGT.
Se quedaron, y votaron en contra, Margarita Stolbizer, Victoria Donda, Facundo Moyano, los trotskistas Néstor Pitrola y Juan Carlos Giordano, y los diputados del Movimiento Evita Lucila de Ponti y Leonardo Grosso, entre otros.
El primer tramo de la sesión estuvo dominado por otras cuestiones en las que hizo foco la oposición, como la polémica por el acuerdo entre el Estado y el Correo Argentino, la filtración de escuchas telefónicas y los aumentos de tarifas.
Aunque podría haber buscado algún acuerdo entre las diferentes bancadas para acortar los tiempos y la cantidad de oradores, el presidente de la Cámara baja, el macrista Emilio Monzó, dio vía libre para que todos los diputados se explayaran cuanto quisieran. La intención fue que pudieran descargarse y evitar que peligrara la sanción de la ley de ART. Del oficialismo nadie contestó la catarata de acusaciones contra la Casa Rosada.
A las 17.40, es decir más de 5 horas y media después de iniciada la sesión, finalmente arrancó el debate de la ley impulsada por el Gobierno y que busca reducir la litigiosidad en materia de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
El que primero la defendió en el recinto fue Alberto Roberti, del bloque Justicialista y titular de la comisión de Trabajo: «Es el camino adecuado para, por lo menos, atacar la catarata de juicios que se están llevando puestos a los trabajadores y a las Pymes».
Del oficialismo el que justificó su sanción con más vehemencia fue el radical Luis Petri: «No voy a permitir que nos corran por izquierda y digan que legislamos a favor de las ART. Es inmoral que tengamos 120.000 juicios al año, que demoran tres años en resolverse, y no hagamos nada para mejorar la situación».
En contra de la ley se pronunciaron Margarita Stolbizer («El oficialismo se espanta por el alto nivel de litigiosidad pero no por la cantidad de accidentes que hay») y Héctor Recalde. Con una réplica en miniatura de un buzón de color rojo sobre su pupitre, el líder K cargó contra la norma: dijo que beneficiaba «a las aseguradoras de riesgo de trabajo».
fuente CLARÌN