COMODORO RIVADAVIA.- Tras una semana de vértigo, la presencia de la Prefectura Naval en el control de acceso al muelle de ultramar del puerto local fue un primer indicio. La ausencia de oficiales de la Armada Argentina y de la marina de Estados Unidos confirmó el panorama. A primera hora de ayer, y hasta las 16.30, la actividad fue prácticamente nula. Fue un puerto sin movimiento, sin ruidos. Tras la partida del buque Sophie Siem, que zarpó anteayer rumbo al área de búsqueda del submarino ARA San Juan con un minisubmarino a bordo que podría ser clave en un eventual rescate, el puerto quedó en stand by durante horas.
El esfuerzo se centra ahora en alta mar. El vocero de la Armada, Enrique Balbi, confirmó que se sumaron a la búsqueda más sumergibles remotos, tanto rusos como estadounidenses. «Lamentablemente, no hemos tenido todavía una localización del submarino», señaló.
El contraste con los siete días anteriores fue notable en la base: de lunes a domingo, el movimiento había sido incesante. Camiones con acientos de toneladas de equipamiento recorrieron a toda hora los 12 kilómetros del aeropuerto local al muelle de ultramar. Montacargas y grúas operaron sin horario. Oficiales de la Armada Argentina, militares estadounidenses, británicos, brasileños y rusos, civiles y empleados portuarios coparon el puerto para que el buque Skandi Patagonia, el ARA Puerto Argentino y el Sophie Siem pudieran zarpar lo antes posible hacia la zona de búsqueda del submarino ARA San Juan, desaparecido desde el miércoles 15 de este mes.
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