Parveen Kummar fue secuestrado y después a obligado a casarse en 2012. Ahora tiene dos hijos con su esposa: «Si no hubiera aceptado este matrimonio, igual ninguna familia le hubiera permitido a su hija casarse conmigo después». – BBC
«Ellos me secuestraron, me golpearon y me obligaron a casarme».La revelación es de Roshan Kunar, quien en 2017, cuando tenía 17 años, fue secuestrado por un grupo de hombres en la región de Bihar, en el norte de India, y fue obligado a contraer matrimonio con una joven.
«Diez hombres me apuntaron con un arma amenazándome, ¿qué otra opción tenía?», dijo.Y el caso de Kunar se repite en esa región, «en muchos de esos casos, los jóvenes y sus padres deben aceptar el matrimonio con una pistola apuntándoles a la cabeza», indicó el reporte policial.
Pero, ¿por qué se mantiene esta práctica de secuestro seguido de casamiento por la fuerza? Para algunos académicos la causa real tiene que ver con el sistema de castas que impera en muchas regiones de India.
«El linaje sigue siendo fundamental para algunas familias en India.Ellos dicen: Nosotros somos de una buena familia y queremos un chico de una buena familia también», explicó la profesora Bharati Kumar.
Sin opciones
Kunar dijo que no tiene la menor intención de vivir con su esposa. Tras el matrimonio denunció a la familia de su esposa ante la policía.
«Mi vida se va a arruinar si acepto este matrimonio. Quiero estudiar y tener la vida que yo deseo», contó.»Ese matrimonio nunca debió ocurrir. Mi familia está muy preocupada», contó Priyanka, hermana de Kunar, quién aseguró que ese hecho marcó a su familia.
La vida de su esposa también está arruinada. Eso es culpa de sus padres», puntualizó.
Los analistas también coinciden en que otra razón por la que ocurren estos secuestros tiene que ver con la incapacidad de las familias de mujeres jóvenes de pagar la dote.
Una práctica que está prohibida en India desde los 60, pero que se mantiene en algunas zonas.
«Este es un viejo problema social por la demanda de la dote. Hay familias que no pueden pagarla y recurren a familiares y conocidos para obligar a un joven de buena familia a que se case con su hija», refirió el activista Mahender Yadav.
Resignación
Aunque Kunar se niegue a vivir con su nueva esposa, lo cierto es que la presión social hace que muchos hombres no puedan zafarse fácilmente.
Tal fue el caso de Parveen Kummar, secuestrado y obligado a casarse en 2012. Primero se rebeló y rechazó la unión, pero tres años más tarde aceptó convivir con su esposa. Ahora tienen dos hijos.
Kummar dijo que los novios que son secuestrados tienen pocas opciones de salir de esa situación: «Si yo no hubiera aceptado este matrimonio, igual ninguna familia le hubiera permitido a su hija casarse conmigo después».
Pero lo cierto es que, además del secuestro por el que pasa el novio, las mujeres también sufren las consecuencias de un matrimonio arreglado.
«Al joven van y lo secuestran y eso es un matrimonio forzado. Un matrimonio forzado en el que no hay consentimiento ni del novio ni de la novia», dijo la académica Bharati Kumar.En el caso de Kummar, su esposa, Marahani, ha optado por la resignación, como un paso más en su vida.
«Mis amigos me dicen que olvide lo que pasó y haga mi vida. Que esas cosas ocurren en la vida de cualquiera», sostuvo.