Un hombre armado con un cuchillo mató a una persona e hirió a otras cuatro este sábado por la noche en París al grito de «Allahu Akbar» (Alá es grande), antes de ser abatido por la policía, en un ataque reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (ISIS).
La agresión tuvo lugar en el céntrico II distrito de la capital francesa, cerca de la Ópera Garnier, una zona llena de bares, restaurantes y teatros, muy frecuentada los sábados por la noche.
Poco antes de las 21:00, el hombre acuchilló a cinco personas, entre ellas un peatón que murió como consecuencia de sus heridas, indicó el director de gabinete de la jefatura de policía de París, Pierre Gaudin.
La policía intervino enseguida y abatió al asaltante, añadió.
Dos personas resultaron gravemente heridas en el ataque y fueron conducidas a un hospital del oeste de París. Otras dos sufrieron lesiones de carácter más leve.
«En base a testimonios según los cuales el agresor habría gritado ‘Allahu Akbar’ al atacar a peatones con un cuchillo, y al modo operatorio, confiamos la investigación a la sección antiterrorista de la fiscalía de París», anunció el fiscal de París, François Molins, ante la prensa.
El grupo yihadista Estado Islámico (ISIS) reivindicó el ataque, asegurando que el agresor era «un soldado del Estado Islámico y la operación se llevó a cabo en respuesta a los llamados a tomar como objetivo a los estados de la coalición», según dijo una «fuente de seguridad» a la agencia de propaganda Amaq, portavoz del grupo ISIS.
Francia ha pagado «de nuevo el precio de la sangre», reaccionó el presidente Emmanuel Macron, pero aseguró que el país no cederá «ni lo más mínimo ante los enemigos de la libertad».
Un acto atroz
«Estaba en la terraza de un café, escuché tres o cuatro disparos, todo fue muy rápido. Los camareros nos dijeron que entráramos rápidamente al interior. Después salí para ver qué estaba pasando y vi a un hombre en el suelo», contó a la AFP Gloria, de 47 años.
El ministro de Interior, Gérard Collomb, saludó en Twitter «la sangre fría y la capacidad de reacción de las fuerzas de policía que neutralizaron al asaltante». «Mis primeros pensamientos son para las víctimas de ese acto atroz», añadió.
«Mis pensamientos para las víctimas del ataque que golpeó el corazón de París esta noche», tuiteó por su parte el portavoz del gobierno, Benjamin Griveaux.
«Esta noche, nuestra ciudad ha sido herida», reaccionó en la misma red social la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, que se trasladó inmediatamente al lugar donde se produjo la agresión.
«El pueblo francés ya no se conformará con comentarios. Esperan actos», señaló por su parte la presidenta del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, quien dijo que el acto fue cometido por un «atacante islamista».
Las fuerzas de seguridad establecieron un importante perímetro de seguridad en torno al lugar de los hechos, hacia donde se dirigieron numerosos vehículos policiales, de bomberos y de los servicios de emergencia.
Varios turistas y residentes estaban bloqueados detrás de un cordón de seguridad.
«Oímos dos disparos, no sabíamos lo que era, vimos que la gente salía corriendo y salimos corriendo también. La terraza estaba llena de gente, y todo el mundo se fue de golpe», contó Sébastien, que estaba en la terraza de un café junto con dos amigos.
«Nos cruzamos con alguien que salía del edificio y que decía haber visto cómo el agresor degollaba a alguien. Varias personas se refugiaron en el bar», añadió su amigo Maxime.
La agresión se produjo en un momento en el que Francia está bajo amenaza terrorista. El último ataque mortífero, ocurrido el 23 de marzo en Carcasona, en el sur del país, llevó a 245 el número de víctimas mortales en atentados perpetrados en suelo francés desde 2015.
No es el primer ataque con cuchillo en Francia. Un ataque similar se produjo en Marsella (sureste) en octubre de 2017.
Francia forma parte de la coalición militar internacional que interviene en Siria e Irak contra el grupo yihadista Estado Islámico (ISIS). A mediados de abril, Francia, junto con Estados Unidos y Reino Unido, atacó lugares de producción y almacenamiento de armas químicas del régimen sirio de Bashar al Asad.
Por Anne Lec’hvien y Gregory Danel (AFP)