El debate de la iniciativa se hizo extenso debido a que se anotaron 51 senadores para tomar la palabra, pero se preveía que al final de la jornada se sancionaría la ley con los votos del Bloque Justicialista, el Frente para la Victoria-PJ y otras bancadas satélite.
Los senadores de Cambiemos rechazaron el proyecto con el argumento de que tendría un significativo impacto fiscal y que beneficia principalmente al área metropolitana, al tiempo que criticaron el esquema de subsidios a la energía que mantuvo las tarifas baratas durante la gestión del kirchnerismo.
En la vereda de enfrente, la mayor parte de la oposición argumentó que los aumentos en gas, electricidad y agua corriente deben tener un límite y que el Gobierno tiene que rever su política energética.
De acuerdo a las advertencias que el Gobierno viene haciendo desde que el tema comenzó a debatirse en la Cámara de Diputados, el Presidente vetaría la ley impulsada por la oposición por considerar que generará un «agujero fiscal impresionante».
La iniciativa de la oposición propone retrotraer las tarifas a noviembre de 2017 y que los aumentos no superen el índice de variación salarial para usuarios residenciales y el de precios mayoristas para las pymes, al tiempo que señala que las empresas deberán devolver lo que se cobró de más al momento de sanción de la ley.
Al inicio del debate, el formoseño José Mayans, del Bloque Justicialista, afirmó que «el Gobierno en su plan económico decidió servicios dolarizados y terminar con los subsidios» y aseguró que «en noviembre hubo aumentos que llegaron al 600%».
En este sentido, sostuvo que «la tarifa tiene que ser justa razonable y aplicable» y remarcó: «Más del 90% de la gente está de acuerdo con que votemos acá el tema tarifas».
Por su parte, el catamarqueño Dalmacio Mera, de la misma bancada, aceptó que «el sinceramiento (de las tarifas) correspondía» porque «había una política de subsidios que estaba agotada y generaba inequidades» con el interior del país.
No obstante, aclaró: «Tienen que tener un límite atado a la variación del salario, por lo menos hasta que mejoren las condiciones económicas. No puede ser que las empresas estén ganando lo que están ganando y los usuarios estén viendo si pagar la salud o las tarifas, o las expensas o las tarifas».
La mendocina Anabel Fernández Sagasti, del kirchnerismo, pidió que el Presidente «abandone las visiones paranoicas de que la oposición se junta para llevarle un problema» y agregó: «Todo lo contrario, le estamos dando un mandato republicano para que revea la política tarifaria y energética».
La senadora del FPV-PJ sostuvo que la política energética del Gobierno «constituye una gran estafa nacional, que transfiere millones y millones de pesos del bolsillo de los ciudadanos a un grupo de empresarios amigos del poder».
El justicialista chubutense Alfredo Luenzo, en tanto, dejó en claro el enojo que se extendió en esa bancada luego de que el Presidente les pidiera públicamente que «no se dejen conducir por las locuras de Cristina Kirchner», y afirmó: «Fueron muy desafortunadas las declaraciones: a mi no me corren ni Mauricio ni Cristina».
Una de las sorpresas de la jornada la dio el neuquino Guillermo Pereyra, del Interbloque Federal, que aparecía como uno de los que votaría en contra del proyecto (en línea con el resto de esa bancada) pero finalmente anticipó que lo haría a favor.
El bonaerense Esteban Bullrich, de Cambiemos, cuestionó el esquema de subsidios que mantuvo la gestión del kirchnerismo y manifestó que «tener tarifas bajas para construir una vida cara, esa es la mayor inmoralidad que puede cometer un gobierno».
«No vamos a poner 10 pesos en el bolsillo de un argentino para sacarle 50 del otro», sostuvo Bullrich y, en referencia a la administración anterior, remarcó: «Les pusieron 10 pesos en el bolsillo pero le sacaron 50 del otro».
Para el senador oficialista, la iniciativa del peronismo «es irresponsable, es demagógica» y «sostiene una desigualdad que también se heredó del gobierno anterior, que hacía que en el interior se pagaran tarifas hasta en un 70% más caras» que en la zona metropolitana.
La jujeña Silvia Giacoppo, también de Cambiemos, sostuvo que con el proyecto de la oposición «se le sigue mintiendo a la gente», mientras que el correntino Pedro Braillard Poccard indicó: «Llegó el momento de tener un profundo debate no solamente sobre la política energética sino sobre cómo se repartieron los subsidios».
Por su parte, el sanjuanino Roberto Basualdo, del Interbloque Federal defendió el proyecto presentado por el oficialismo, el cual en lugar de retrotraer tarifas propone una rebaja del IVA que se cobra en las facturas.
«Es un proyecto federal y es accesible. No vamos a tocar ninguna tarifa, solo vamos a tocar el IVA y lo vamos a pagar entre todos los argentinos», expresó Basualdo.
AMBITO FINANCIERO