En la previa a la reunión con representantes de las organizaciones sociales, el Gobierno prepara un bono de $3.000 por única vez, a modo de aguinaldo para el sector, como una de las principales propuestas para acercar posiciones e intentar bajar el riesgo de conflictividad previsto para los próximos meses. Carolina Stanley -ministra de Desarrollo Social- será la anfitriona del encuentro de este miércoles para el que finalmente fue invitado Fernando Maletti, el obispo de Merlo-Moreno que participaba de las mesas de diálogo el año pasado.
Encargada de la contención de los sectores más vulnerables, Stanley empujó para mejorar los programas sociales de alto impacto desde que se desató la crisis cambiaria con traslado a los precios. “Vamos a actualizarlos a todos de acuerdo a la inflación”, sostuvieron en Desarrollo Social. El bono funcionaría como una ayuda por única vez para casi 400 mil personas –unos 260 mil de Hacemos Futuro, el resto de planes del Ministerio de Trabajo y otras áreas- que cobran el Salario Social Complementario. Fijado en la mitad del Mínimo, Vital y Móvil, este mes llegará a $5.000: el Gobierno también evalúa ofrecer un aumento como adelanto a cuenta de la nueva cifra que se acordará en el Consejo del Salario, previsto para agosto. Y como contó Clarín, la administración de Mauricio Macri se prepara para destinar parte del acuerdo con el FMI para atenuar el deterioro de las condiciones sociales. Se trata de $13.500 millones que irían a una suba de la Asignación Universal por Hijo: “Es la manera más efectiva para llegar rápido a un universo amplio”. En julio la AUH quedó en $1.577 y la próxima actualización automática será en septiembre.
En algo coincidieron de antemano dirigentes del Gobierno y las agrupaciones sociales: las propuestas serán consideradas insuficientes y se abrirá una etapa de negociaciones. En la Casa Rosada lo adjudicaron a la “dinámica de presión” de los movimientos en el contexto de las dificultades en la economía, con inflación, ajuste del déficit, caída de la actividad y perspectivas desfavorables en el empleo. “Siempre que saben que nos vamos a juntar hacen algo así y después van subiendo la vara”, dijo a Clarín un funcionario en referencia al anuncio de protestas en las puertas de los hipermercados -prevista para este jueves- para pedir alimentos.
“Vamos a acercar nuestro informe donde puede observarse un 42,3% de malnutrición en niños de barrios humildes. Si no se declara la Emergencia Alimentaria, la situación social será cada vez más caótica”, dijo Daniel Menéndez, de Barrios de Pie.
El llamado triunvirato de San Cayetano reclama a su vez un cupo de trabajo para las cooperativas en la obra pública y la sanción de otros tres proyectos: la Ley de Adicciones, de Agricultura Familiar y de expropiación de tierras para barrios populares. Esta última sería aprobada este mismo miércoles en Diputados. Stanley también prepara un plan alimentario de emergencia, que los movimientos pedirán que sea implementado con una ley.
“Ahora la preocupación son meros paliativos para que los compañeros no sufran hambre”, aseguró Juan Grabois, de CTEP, de buena relación con el Papa Francisco. La asistencia de obispos estuvo en duda por la tensión con la Iglesia luego de las críticas de Jorge Lugones (Pastoral Social) en Mar del Plata y el debate de la despenalización del aborto, hasta que a última hora en la Casa Rosada dejaron trascender la invitación a Maletti, a propuesta de los movimientos y “más componedor más allá de que todos son críticos en ese momento”, según la mirada del macrismo.
fuente CLARIN