Guillermo Dietrich está enojado con la situación que se vivió en aviones de Aerolíneas Argentinas cuando varios pilotos rechazaron ante los pasajeros la política aerocomercial. «Es muy imprudente. Está mal», afirma sin eufemismos. Se refiere también al impacto de esas palabras en el turismo receptivo y a la amenaza de paro que se produjo en plenas vacaciones de invierno. «Es para j… la vida a la gente, ya que es inconsistente con la realidad que estamos viviendo». En una entrevista en el programa «Comunidad de negocios», que se que se emitió anoche en LN+, habló desde el impacto de la devaluación en el sector hasta del estadio de las PPP.
-El dólar tuvo un impacto negativo para el turismo emisivo, pero muy concreto en el receptivo…
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-Impresionante. Estamos viviendo récords históricos, que se deben a un montón de razones. Una es la «revolución de los aviones», ya que la conectividad aérea ha crecido enormemente en la Argentina, y donde mejor se grafica es en Bariloche. Allí, el sábado pasado, no este, hubo 35 vuelos en un día. Esto no pasó nunca. A través de seis compañías aéreas y desde 12 orígenes distintos (Brasil, El Palomar, Ezeiza, Córdoba, Tucumán, Mendoza), y funcionó todo muy bien. Estuvimos trabajando tres meses y de hecho pusimos equipos para casos de nevadas y protección ante emergencias. Y esto que pasa en Bariloche también lo estamos viviendo en Iguazú, en Mendoza, en distintos lugares del país.
-¿Cuánto le preocupan mensajes como el que sucedió con un piloto de Aerolíneas, mezclando la política aerocomercial con el «bienvenidos a bordo»?
-Es muy imprudente, está mal. Es inconsistente con la realidad que estamos viviendo. Yo lo pensaba en estos días, en que estamos viviendo vacaciones de invierno récord, en una Argentina que ha tenido sus turbulencias, que continúan, pero eso no ha invalidado que un montón de argentinos se vayan de vacaciones de invierno y que un montón de extranjeros vengan, y que frente a esas vacaciones de invierno, un sindicato dice «el primer viernes hago un paro», ¡para joderle la vida a la gente! ¡No hay otra explicación! Si vos hacés un paro un martes de mayo, cuando los aviones van bastante más vacíos, a la gente la acomodás, y en un día se termina yendo en otros vuelos. Pero en fechas como estas, cuando todos los aviones de las compañías están llenos, tal vez pueden pasar cinco días para que la persona pueda subirse. Si tiene reservada su cabaña o su hotel en la montaña, con toda la familia, y no se puede ir.
-¿Cuáles son las razones que les atribuyen ustedes?
-No se hizo el paro porque llamamos a una conciliación obligatoria. Y la reacción frente a eso es «empiezo a dar mensajes totalmente inapropiados» y fuera de la norma en los aviones. Eso muestra que ese supuesto respeto, amor, cuidado por Aerolíneas ¡es la inversa! Fijate si un español, está haciendo un vuelo de Buenos Aires a Madrid y escucha a un piloto hablando de la seguridad aérea, el Ministerio de Transporte, la política aérea, no entiende nada, porque no sabe lo de Flybondi, las low cost, las no low cost, y toda esta discusión ridícula que plantean. La reacción ante eso es no volar más por Aerolíneas; se va por otra compañía aérea, por Iberia. Por lo tanto, tiene toda su implicancia muy negativa. Yo llamo a que haya responsabilidad. Estamos haciendo una revolución aérea, hay más pilotos, más tripulantes de cabina. En 2015 había solo 100 aviones; ahora hay 130 aviones volando en la Argentina. ¿Hay desafíos? Sí, pero trabajémoslo juntos.
-¿Pero estos mensajes son de una mayoría, de una minoría o de un piloto suelto? ¿Cuál es la interpretación que hacen?
-No es la mayoría, teniendo en cuenta que en Avianca, en Latam, en Flybondi, en Andes, ningún piloto hizo una declaración. Y sí lo hicieron en Aerolíneas (algunos) y muy poquito en Austral. Y también está esta cuestión del patoterismo sindical, al cual estamos lamentablemente muy acostumbrados en la Argentina, y que forma parte de los cambios profundos que se están produciendo. Una persona que no quiere hacer lo que el sindicato quiere es apretada. Esto es una de las cosas que tienen que cambiar, porque tenés libertad para mostrar disconformidad, o de hacer un paro, que no es lo ideal, pero que la gente tenga libertad de acción y si quiere hacer otra cosa no sea apretada por no cumplir con ese mandato sindical.
-¿Terminar con las bandas tarifarias en qué va a repercutir concretamente?
-En más pasajeros y en más desarrollo para la Argentina. Hasta diciembre de 2015, los brasileños, los chilenos, los colombianos viajaban más que los argentinos. ¿Por qué? Porque acá era caro, porque había pocas compañías y porque había pocas rutas. La mayoría de las ciudades del interior no estaban conectadas. Hoy hay más rutas, más aviones y es más barato. A partir del 1º de septiembre, con precios que se van a empezar a publicar el 1º de agosto, van a empezar a aparecer un montón de promociones como ocurre en las principales ciudades del mundo.
-¿Qué pasa con la infraestructura? Hay casos como El Palomar, donde empiezan a operar las low cost, pero con la niebla u otras situaciones climáticas se ven impedidas de avanzar…
-Las principales causas de cancelación de vuelos en el mundo son las condiciones climáticas: niebla, nevadas fuertes, en algunos aeropuertos calores extremos. Todo lo que se hace con las inversiones es para reducir esto. Tengamos en cuenta que se volaba muy poco en la Argentina, entonces, hay cosas que no eran novedad. Ahora tenemos muchos más pasajeros, más vuelos, más aviones, y entonces algunas cosas llaman más la atención. De la misma manera que en San Martín de los Andes se cancelaban entre el 30 y el 40% de los vuelos por cuestiones climatológicas, hoy con tecnología hicimos una pista que permite operar en otras condiciones, y se cancelan hoy menos del 2% de los vuelos. Lo mismo pasa en Mendoza a partir de que hicimos una nueva pista, con nuevo balizamiento, y eso es lo que estamos haciendo con más inversiones en El Palomar y en Aeroparque.
-¿La inseguridad y las low cost son sinónimos? ¿Es la idea de generar miedo desde algún sindicato o es una realidad?
-Es una idea inentendible de algunos sindicatos que dan miedo. Es una gran irresponsabilidad. Eso genera que una persona que nunca viajó en avión no lo haga por ese miedo infundado que le mete un dirigente sindical. Tengamos en cuenta que el año pasado fue récord histórico de aviones en el mundo: más de un tercio de los pasajeros volaron en compañías low cost. Estamos hablando de más de 1000 millones de vuelos en un año. Y no hubo un solo accidente aéreo que terminara con una muerte, y se ha consolidado como el sistema de transporte más seguro en todo el mundo.
-Otro de los temas son los PPP, los contratos de participación público-privada. ¿Qué tan avanzados están los proyectos?
-La verdad es que ha sido muy bueno que hace dos años hayamos empezado a trabajar y pensar en esto. Las PPP es la posibilidad, por ejemplo, de que venga una empresa e invierta para convertir una ruta en autopista. Por ejemplo, la ruta 3, que estamos haciendo autopista entre Buenos Aires y Azul; después entre Coronel Dorrego y Bahía Blanca, y ruta segura entre Coronel Dorrego y Azul. Esta ruta se promete desde hace 40 años. Hay un montón de producción y ciudades grandes en esa región, y la ruta está igual que hace 30 o 40 años, pese a que hay más autos y camiones. Yo la he hecho varias veces en auto, y es una de esas «rutas de la muerte», porque te subís al auto y no sabés si llegás vivo. Si el camión que está pasando por el frente tiene un problema en ese momento y se te viene encima, te choca de frente. Todos esos siniestros los evitamos con esto: con inversiones que hace una empresa y que las recupera en 15 años. Hicimos una licitación por 3000 kilómetros de rutas seguras y autopistas. Se presentaron 32 ofertas; siete empresas internacionales, 17 nacionales, 6000 millones de dólares de inversión, y el pasado viernes firmamos los primeros contratos de obras que ya empiezan a ejecutarse desde septiembre y octubre, y en cuatro años van a estar listas.
-¿Eran necesarios los cambios en el gabinete?
Los equipos van teniendo renovación. En el Ministerio de Transporte, que es un equipo grande, hemos tenido renovación; en Aerolíneas hemos tenido renovación; en Vialidad Nacional, ahora que se fue Javier Iguacel a Energía, vino Patricia Gutiérrez, una mendocina que tiene una polenta enorme. Acabamos de hacer un cambio en la empresa de controles aéreos, en EANA. Y este cambio profundo que estamos produciendo genera desgaste: tené en cuenta que cuando hablamos de estas autopistas o rutas que estamos haciendo en cuatro o cinco años, que no se hacían en 65 años, o hablamos de rutas aéreas, haciendo 12 pistas nuevas en cuatro años…
-Y ahora el ajuste…
-Pero pará… 12 pistas nuevas en cuatro años. ¿Sabés cuántas pistas se hicieron en los 18 años previos a nosotros? Siete. Pistas donde aterrizan los aviones y que son claves para la infraestructura y la previsibilidad. Si hubiéramos seguido al mismo ritmo que venía la Argentina -el ritmo natural de nuestro país, más allá de que el kirchnerismo agravó estas cuestiones de inoperancia-, estas 12 pistas las hacíamos en 30 años.
-¿Esto está garantizado, pese al recorte de 2019?
-La realidad es que nosotros, hoy en 2018, es un año récord en infraestructura en la Argentina. Nunca se hicieron tantas rutas, puertos, aeropuertos, cloacas, metrobuses, pavimentaciones de calles. Y en transporte, en 2019, cuando sumemos las PPP, vamos a estar haciendo más obra de la que estamos haciendo este año.
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