El proyecto de ley de interrupción del embarazo quedó ayer al borde del fracaso. Tres senadores salieron de la lista de indecisos para pronunciarse en contra y elevaron a 35 el número de legisladores dispuestos a rechazarlo cuando se discuta en el recinto de la Cámara alta el próximo 8 de agosto.
A una semana de la histórica sesión, el apoyo a la legalización suma 31 voluntades, mientras que una senadora se abstendrá y otra estaría ausente. Por el momento, quedan 4 legisladores sin revelar su posición, aunque uno de ellos, Eduardo Costa (UCR-Santa Cruz), se inclinaría por apoyar la iniciativa.
Hacer una buena ley, sin urgencias
Hoy, el plenario está convocado para las 14, se conocerá cuántos dictámenes emitirán las comisiones de Salud, de Justicia y Asuntos Penales y de Asuntos Constitucionales, que cerraron ayer tres semanas de debate con la quinta jornada de exposiciones a favor y en contra del proyecto. Todo indica que habrá dos despachos y no se descarta que pueda haber un fuerte debate reglamentario sobre cuál sería el de mayoría.
El sector que defiende «las dos vidas» firmará uno de rechazo al texto aprobado en la Cámara baja . Así lo confirmó a este diario la radical Inés Brizuela y Doria (La Rioja). Sin embargo, un grupo de senadores «celestes» barajaban ayer la posibilidad de impulsar una propuesta alternativa, de despenalización del aborto. La única duda es si se convertirá hoy en un dictamen paralelo o si sería impulsado sobre tablas en la sesión del 8 de agosto una vez rechazada la legalización.
Tal como anticipó LA NACION, el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo no será ley en el Senado, ya que sufrirá modificaciones que lo obligarán a volver en segunda revisión a la Cámara baja. Ese fue el acuerdo al que arribaron anoche los senadores que apoyan la legalización con representantes de la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito en una reunión celebrada en el Salón de las Provincias de la Cámara alta. «Las organizaciones se mostraron dispuestas a aceptar cambios en la medida que sirva para conseguir el consenso que permita aprobar la ley», aseguró el jefe del interbloque Cambiemos , Luis Naidenoff (UCR-Formosa), al término de la reunión.
En la misma sintonía se manifestó el jefe del Bloque Justicialista, Miguel Pichetto (Río Negro). «Las organizaciones entendieron que estos cambios no alteran el espíritu de la legalización», aseguró, tras lo cual reconoció que las modificaciones tienen «la intención de buscar voluntades para que el proyecto vaya a Diputados y tengamos ley de interrupción voluntaria del embarazo». Si bien el kirchnerismo no participó del encuentro, fuentes oficialistas confirmaron que el bloque del Frente para la Victoria adelantó que aceptará cambios al proyecto.
En este escenario, queda descartada la posibilidad de que en el plenario de hoy haya un dictamen de apoyo al texto tal cual fue aprobado por Diputados el 14 de junio último. «El que quiera un dictamen sin cambios está jugando a que la ley no salga, que quede claro», advirtió Pichetto ante una consulta de LA NACION, alertando de que la división del sector «verde» en más de un dictamen no hará más que favorecer a los senadores antiabortistas. Esto es así porque, por el momento y en un escenario de solo dos dictámenes, la interrupción voluntaria del embarazo llegaría al recinto con despacho de mayoría.
Según explicó el secretario parlamentario, el radical Juan Pedro Tunessi, la condición de mayoría se obtiene por simple sumatoria de firmas de los senadores que integran las tres comisiones. Así, sobre un total de 53 firmas posibles, el dictamen con cambios de la interrupción voluntaria del embarazo obtendría 26 rúbricas, una más que el rechazo. Dos senadores estarían ausentes en la reunión de hoy.
Sin embargo, el pronunciamiento en contra de la legalización formulado ayer por los radicales Ángel Rozas (Chaco) y María Belén Tapia (Santa Cruz), y la peronista Inés Blas (Catamarca) pusieron a la legalización del aborto al borde del fracaso en el Senado. A una semana de la sesión, el rechazo a la iniciativa ya suma 35 votos. Si se toma en cuenta que en la sesión habría 70 votos válidos -la neuquina Lucila Crexell (MPN) anunció que se abstendrá y la puntana María Eugenia Catalfamo se ausentaría-, el sector antiabortista ya tendría asegurado el desempate de la vicepresidenta Gabriela Michetti, firme militante en contra de la legalización del aborto.
fuente LA NACION