Cristina Kirchner sueña con que su primer juicio por corrupción sea presenciado por expresidentes, premios Nobel, líderes de organismos internacionales y otras personalidades.
Para cumplir ese objetivo, la expresidenta puso en marcha un plan para «internacionalizar» su defensa, que está a cargo del abogado Gregorio Dalbón.
«Hay una estrategia internacional. Es el trabajo que estoy haciendo para la senadora Cristina Kirchner», dijo Dalbón, en diálogo con LA NACION.
El plan es ambicioso. La intención del kirchnerismo es invitar a figuras internacionales para que respalden a la senadora. Tienen la intención de que viajen a Buenos Aires para presenciar el primer juicio contra Cristina Kirchner.
El 26 de febrero comenzará el primer juicio. Será juzgada por las supuestas irregularidades en las obras públicas de la provincia de Santa Cruz a través de Vialidad Nacional. Dalbón imagina que estarán en esa primera audiencia figuras de renombre internacional para respaldar a su defendida.
«No solamente estarán presentes organizaciones internacionales y de derechos humanos, sino también algunos presidentes o expresidentes», afirmó Dalbón. Y mencionó la posibilidad de que esté Vladimir Putin , presidente de Rusia, como uno de los deseos que ya intenta hacer realidad.
Después del procesamiento firmado por
Claudio Bonadio y de la indagatoria por «la ruta del dinero K», Carlos Beraldi, el abogado defensor de la expresidenta en esas causas, sostuvo ayer que, a pesar del pedido de desafuero, Cristina Kirchner no será detenida.
«No creo que pueda ser detenida y desaforada, ya que sentaría un precedente institucional de una gravedad inigualable», dijo el abogado Beraldi, en declaraciones radiales.
Argumentos
«La violación de garantías constitucionales será cada vez más frecuente y más grave. Una persona que concurre a todas las citaciones oficiales, que cumple con sus obligaciones procesales al pie de la letra, como la expresidenta, no tiene ningún riesgo procesal para que se pueda disponer respecto de ella una prisión preventiva. Ese es el único elemento que puede justificar que una persona sea privada de su fuero», agregó el abogado, al fundamentar su estrategia.
Cristina fue procesada el lunes como líder de una asociación ilícita que se dedicaba a recaudar dinero mediante cobros ilegales a empresas a cambio de contratos con el Estado.
No fue la única mala noticia que recibió esta semana en los tribunales de Comodoro Py. También tuvo que declarar en la causa conocida como «la ruta del dinero K» como acusada de ser coautora de un delito de lavado de dinero que habría concretado el empresario Lázaro Báez, a través de la financiera conocida como La Rosadita.
fuente LA NACION