Las cámaras de televisión lo siguieron desde temprano. A las 7.30 de la mañana de ayer, el juez Claudio Bonadio salió de su casa de la calle Rómulo Naón, en el barrio porteño de Belgrano, se subió a su camioneta Honda de color negro y, como en todas sus jornadas laborales desde hace 24 años, manejó hasta los tribunales federales de Comodoro Py. Su custodia lo siguió en otro auto.
«Hay Bonadio para rato», dijo a LA NACION el juez, tras el ataque que recibió en su domicilio del barrio de Belgrano el miércoles por la noche. El magistrado que instruye la causa de los cuadernos de las coimas llegó a Comodoro Py a las 8.30 de la mañana, donde también lo esperaban periodistas y camarógrafos para consultarlo sobre el hecho. «No especulen», contestó al canal TN, respecto de la eventual vinculación de la causa de los cuadernos con el ataque frustrado.
El miércoles por la noche, un joven de 26 años arrojó por encima de la reja de la casa del juez, una bolsa de tela que contenía un artefacto similar a un explosivo. En el interior del domicilio, la bomba casera quedó bajo la camioneta del juez.
El artefacto no estalló y el agresor fue atrapado por la custodia del juez.
Hipótesis
La cercanía horaria entre la explosión de un artefacto casero en el cementerio de Recoleta y el intento de atentado en la casa de Bonadio motivaron varias versiones alrededor de la relación entre ambos hechos: desde vinculaciones con la próxima cumbre del G-20 o un intento por ensombrecer la aprobación del presupuesto hasta un intento por intimidar a los investigadores de la causa de los cuadernos de las coimas.
Consultado por LA NACION por las hipótesis existentes sobre el origen del hecho, el juez Bonadio respondió: «No, no me meto con las investigaciones de mis colegas».
De esa forma, el magistrado evitó inclinarse por una hipótesis en particular: no respaldó la versión de que se trataba de una «venganza anarquista» ni de un ataque vinculado a la causa de los cuadernos.
El juez, que ocupó el centro de la atención de Comodoro Py tras la difusión de los cuadernos del chofer Oscar Centeno, pidió «no especular» en torno de las motivaciones. Su accionar al frente de la causa en la que se investiga la presunta asociación ilícita en la que se cobraba dinero negro de las empresas contratistas del Estado ha sido muy cuestionado por las defensas de los acusados.
En pocos días, el juez deberá definir si procesa a otra tanda de empresarios de renombre, entre ellos, Paolo Rocca, de Techint, y Marcelo Mindlin, de Pampa Energía.
Un juzgado custodiado
Durante la jornada de ayer, el juzgado número 11, ubicado en el cuarto piso de los tribunales federales de Comodoro Py, en Retiro, estuvo custodiado y fue el centro de las miradas de aquellos que caminan por esos pasillos todos los días.
El magistrado llegó a trabajar con una bolsa de facturas para quienes trabajan en su juzgado. Se lo vio de buen humor y no detuvo su ritmo de trabajo.
Su despacho también fue un punto de visitas. En la mañana, varios de los colegas del magistrado, entre ellos el juez Julián Ercolini, se acercaron desde otros juzgados para saludarlo y expresar su solidaridad con lo ocurrido.
Mientras el miércoles por la noche el fiscal Carlos Stornelli había relacionado en diálogo con la prensa, y sin vacilar, el intento de atentado en la casa de Bonadio con la causa de los cuadernos, el juez prefirió no apuntar a nadie.
Luego, consultado por LA NACION y tras un día en el que circularon varias versiones respecto del ataque al juez, el fiscal Stornelli dijo que no sabía nada respecto de los motivos.
El hecho por el cual se detuvo al joven Marcos Viola, acusado de ser quien arrojó el artefacto explosivo, es investigado por el fiscal Jorge Di Lello y el juez Julián Ercolini.
Ercolini indagará hoy a Marcos Viola, a su tío -también detenido-, y además a quienes fueron apresados por haber colocado un artefacto casero explosivo en el cementerio de la Recoleta.
Ambos hechos ocurrieron el mismo día, con pocas horas de diferencia.
Solidaridad de los jueces
La Asociación de Jueces y Juezas federales (Ajufe) repudió «enérgicamente» el atentado al juez Claudio Bonadio e instó a «adoptar las medidas necesarias» para que «hechos como ese no se repitan». En un comunicado, la Ajufe, que agrupa a jueces y juezas del fuero federal, expresó su solidaridad con el magistrado. También lo hizo la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal.
fuente LA NACION