«Nosotros perdimos porque quisimos perder». «Fuimos sectarios y violentos». «Máximo me pidió que dejara a Vicky Xipolitakis porque creía que me la había mandado Massa». «Si alguien cree en eso es porque está dispuesto a hacer una cosa así». «Máximo no es Perón pero tampoco es la Playstation. Hoy es alguien que administra el caudal de votos de la madre y, en base a eso, se rodea de los intendentes del conturbado». «Pido perdón por los carteles contra periodistas. No fue algo nuestro, fue algo que vino de más arriba. Pero estábamos demasiado dispuestos a hacer lo que fuera para agradar al padre y a la madre». «No fuimos una banda de ñoquis». «No quiero que vuelva Cristina. Ni ella ni Macri le harán bien al país».
Esas son solo algunas de las frases que pronunció el diputado José Ottavis en una extensa entrevista que concedió a Infobae. Como se sabe, de la media docena de líderes que fundaron La Cámpora, Ottavis es el único que partió de la organización que, originalmente, era juvenil y ahora está conducida por un grupo de adultos mayores a los cuarenta años. Ottavis se distanció a mediados de 2017, luego de un tumultuoso período que incluyó desde desavenencias políticas, hasta un proceso personal donde se mezclaron adicciones y un ruidoso romance público con Xipolitakis. Lejos de ese momento, en el diálogo con este medio repasó todo el proceso que llevó de la fundación de La Cámpora hasta el momento actual.
Ottavis dividió la historia de la Cámpora en cuatro etapas. La primera fue la de la fundación. «Era una organización juvenil que intentaba defender a un Gobierno y sus políticas y producir una construcción de poder territorial de abajo hacia arriba. Estaba la idea de un concejal por distrito, luego pensar la intendencia y que fuera la caja de resonancia de problemas sociales». La segunda etapa se produjo a partir de la muerte de Nestor Kirchner. «La muerte de Néstor nos incorporó millones y millones de militantes, que no habíamos convocado nosotros. Después de eso La Cámpora toma una masividad que tiene que ver con Néstor. Al año empieza a haber un diálogo muy fuerte de Cristina con los jóvenes». El tercer momento de ese proceso se produce cuando Cristina empieza a incorporar dirigentes de La Cámpora. «Después del 2011 se empieza a incorporar de esa masa juvenil cuadros en áreas de gestión. Axel Kicillof es el mayor exponente de ese proceso».
Luego empieza la caída, con las sucesivas derrotas electorales. «Lo más intenso que vivimos fue la derrota, una derrota autoanunciada o autogenerada. Nosotros perdimos frente a Macri no solo en el 2015. Lo repetimos en el 2017. Perdimos porque quisimos perder. Estoy hablando de lo que podía haber hecho Cristina para ganar: elegir otro candidato al que ella quisiera transferirle sus votos. Y un candidato que quisiera recibir ese caudal. Porque si hubiera ganado Scioli también habría sido una derrota en término de modelos. Y en el 2017 la decisión de ir divididos, la imposibilidad de sentarse a la mesa con Massa o Randazzo también fue un error».
Como parte de ese proceso, Ottavis explica su progresiva separación del grupo. «Mi discusión de ruptura con La Cámpora duró todo el 2015. Mi candidato a presidente era Capitanich o, en todo caso, Axel. No nos preocupemos por poner un candidato que Clarín más o menos lo quiera, era mi argumento. No me parecía. En el 2013 ya había estado esa discusión cuando elegimos a Insaurralde. Para ganarle a Massa hay que buscarle un candidato parecido a Sergio, decían. Después de la derrota no hubo autocrítica sino un gran enojo con la sociedad, como si la sociedad hubiera tenido la culpa de la derrota». Ottavis agrega: «La Cámpora no supo hacer un trasvasamiento generacional que represente a la juventud. La Cámpora pasó a ser un factor de poder y perdió cosas que son importantes. No hay discusión política. No hay plenarios. Si uno lo ve a Máximo, lo ve más rodeado por intendentes del conurbano que por jóvenes. Máximo es lo que es: en el dispositivo del peronismo un dirigente con cierto caudal de diputados, con el caudal de los votos de la madre que está asociado por esa vía con los intendentes del conurbano. Máximo no es Perón ni la Playstation».
En ese contexto, Ottavis admite que su adicción a la cocaína fue otro elemento que produjo el quiebre: «A mediados del 2015 yo empiezo a consumir cocaína y en el verano me pongo de novio con Vicky Xipolitakis y eso fue más importante que todas las discusiones previas y más que la enfermedad. A mi nunca nadie de la conducción vino y me dijo: ‘José, estás tomando merca, reconoce el problema, vamos a ver como hacemos’. Máximo Kirchner nunca me dijo eso. Lo único que me dijo es: ‘No podés estar con Vicky Xipolitakis porque te la mandaron’. En ese momento le habían echado la culpa a Massa como si hubiera sido quien me la envió. Para mí eso era paranoia. Cuando uno piensa esas cosas, es porque uno es capaz de hacerlo. Porque yo estaba enamorado y creo que ella estaba enamorada de mí. Mi primera reacción fue decirles: ‘Yo valgo, ¿eh?». Después yo puedo hacer un autocrítica y, a mí manera, decir bueno, a ver, de alguna manera frivolicé un estilo militante. No me arrepiento de nada de lo que hice. De lo que me arrepiento es de haberme drogado. Lo que creo que no hubiese hecho es ponerme una pollera para bancar contra los prejuicios. Uno puede hacer las cosas de manera más elegante. De eso si me arrepiento. Del resto, nada».
«Fuimos violentos y sectarios», dice, por otra parte, el dirigente. «Yo te pido disculpas a vos y a otras personas con las que fuimos violentas. Aparte me siento un estúpido. Porque una cosa es que yo quiera llevar un cartel que diga Ernesto Tenembaum tal cosa y otra que me digan: ‘Tomá, tenés que llevar esto’. Las disculpas son dobles. La idea fue de alguno de los chupamedias del poder. El ‘Clarín miente’ no fue una idea de Néstor Kirchner. Yo la vi a Mayra inventándolo en una unidad básica. Y la foto es Néstor agarrando esa pancarta. Hay veces, con respecto al tema de los periodistas, no recuerdo, pero capaz estaba en una marcha y llegaban las cosas y te encontrabas con esto. O te levantabas a la mañana con Buenos Aires empapelado, y no sabés quién fue… En esta forma de agradar siempre al jefe y no ser capaz de decir paremos la mano. Nuestra desesperación por tener el cariño del padre y la madre, era ‘dame más’. Está claro que fue una idea superior a nosotros. No sé si fue Néstor el que lo mandó a hacer o si fue un chupamedia».
José Ottavis dice que ya superó las adicciones. «Yo me hice cargo de mi problema. Yo tuve dos años de consumo. Al año y medio evalué que era lo peor del mundo. Drogarse no está bien y mucho menos con cocaína. La cocaína te lleva a la muerte en su abuso porque podés estar sin dormir y sin comer. Es una droga que si sos un tipo con una conducta autodestructuva, estás a 200 kilómetros a Mar del Plata y en zig zag.Cuando decidí dejar la merca, la infidelidad, el alcohol, la mentira, al año y medio. En la Argentina muchísimas personas, por no haber tratado a tiempo en alguna terapia, o no haber tenido la ayuda necesaria, andan evitando la reflexión y la manera de evitar la reflexión es tener todo el tiempo kilombos de cualquier índole. Es un mal que corta todas las clases sociales. Es un mal que se sana con un trabajo espiritual. Si un enfermo de cáncer hace cualquier cosa para no morirse, hice todas las terapias que pude. Pude destrabar los problemas de mi infancia, entre ellos los abusos sexuales. Cuando me di cuenta que no me alcanzaba, me refugié en la fe, en la espiritualidad. A mi me hace feliz tener fe en Dios y en Jesucristo».
fuente INFOBAE