El trabajo está prácticamente terminado. Solo faltan una lectura final y las correcciones finas sobre las decenas de páginas. El fiscal federal Carlos Stornelli tiene previsto terminar esta semana el pedido de elevación a juicio de la primera parte de la causa de los cuadernos de la corrupción. Se trata de la investigación, iniciada a partir de la revelación de LA NACION de los cuadernos de las coimas, que puso al descubierto una red de recaudación ilegal de fondos que pagaban empresarios y cobraban funcionarios, y que terminaban en el departamento de Cristina Kirchner en Recoleta o en la quinta de Olivos.
El juez federal Claudio Bonadio dio por concluida la investigación de esta causa y la envió a la fiscal para que diga si las pruebas reunidas son suficientes, quiénes son los acusados, por qué hechos delictivos serán juzgados y con qué calificación legal.
Esta es una etapa clave porque el fiscal Stornelli acusará formalmente a los imputados para que sean juzgados.
El fiscal seguirá los lineamientos que dio la Cámara Federal cuando confirmó los procesamientos en esta causa en que la expresidenta Cristina Kirchner tiene prisión preventiva firme y está acusada de liderar una asociación ilícita que se dedicaba a la recaudación ilegal de dinero de manos de empresarios que confesaron haber pagado coimas para seguir con sus contratos de obras públicas.
Los empresarios procesados también serán elevados a juicio oral, junto con el exministro Julio De Vido y los exsecretarios Roberto Baratta y José López. Los exfuncionarios están acusados de integrar esa red de recolección ilegal de fondos que registró en sus cuadernos el exchofer del Ministerio de Planificación Oscar Centeno. El exchofer también es parte de los acusados que irán a juicio oral.
El segmento del caso que va a juicio es la primera parte del expediente en el que Bonadio ya indagó y procesó a todos los acusados. Esas decisiones fueron revisadas por la Cámara Federal, que confirmó la mayoría y cambió la calificación en otros casos. Esas resoluciones a su vez fueron dejadas firmes por la Cámara de Casación Penal.
Stornelli viene trabajando desde hace semanas en el escrito en el que requerirá la elevación a juicio.
Al mismo tiempo, la Oficina Anticorrupción y la Unidad de Información Financiera están trabajando en su propia acusación, que tienen previsto presentar esta semana.
Tras estos escritos, el juez Bonadio les dará vista a los abogados de los acusados, para que opinen si se oponen o no a la elevación a juicio.
Una vez recibidas todas las respuestas las evaluará y decidirá si finalmente le manda el caso a un tribunal oral federal. La elevación a juicio no es apelable.
Pero las defensas pueden plantear la nulidad del requerimiento del fiscal, con lo que, si Bonadio la rechaza, recurrirán a la Cámara Federal y a la Casación.
Todo este trámite puede llevar varios meses. Si todas las nulidades son rechazadas, el tribunal oral federal que salga sorteado para llevar adelante el primer juicio por el caso de los cuadernos deberá empezar a trabajar en los trámites previos al establecimiento de una fecha para ese proceso. La preparación lleva bastante tiempo y es posible que recién puedan fijar fecha hacia noviembre para hacer el juicio el año próximo. Es decir que antes de que se haga este juicio se desarrollarán las elecciones presidenciales con Cristina Kirchner como candidata a vicepresidenta.
Bonadio procesó a todos por asociación ilícita, Stornelli apeló y pidió duras calificaciones, pero la Cámara cambió algunas.
Ahora, el fiscal Stornelli seguirá esos criterios dejando la acusación de asociación ilícita para los funcionarios y algunos empresarios y el resto enfrentará cargos por cohecho. Al menos algunos otros pueden ser beneficiados con una falta de mérito.
Carlos Stornelli
Fiscal federal
Con esta elevación a juicio culmina la primera etapa de la investigación de los cuadernos de la corrupción. El juez Bonadio de todos modos pidió que se eleven todas la causas juntas, de modo de no demorar el proceso oral con peleas entre los tribunales para ver quién es competente y quién no lo es. En paralelo, el juez de Dolores Alejo Ramos Padilla investiga a Stornelli.