Mantener un vínculo estrecho con el Papa Francisco, trabajar «en equipo» para contener a los sectores pobres de la Argentina y eludir el debate sobre la despenalización del aborto desde el Poder Ejecutivo. Bajo esas premisas Alberto Fernández se prefigura sus vínculos con la Iglesia en el caso de ganar las elecciones y es en esa línea que empezó a reforzar en los últimos días los contactos con las máximas autoridades eclesiásticas.
La visita que realizó el martes el candidato a presidente del Frente de Todos a los obispos de la Conferencia Episcopal Argentina fue apenas una cristalización de las relaciones fluidas que viene cultivando el referente kirchnerista con la Iglesia. En este contexto se ubican sus encuentros con el papa Francisco, la puesta en marcha de un diálogo con algunos sacerdotes jesuitas o curas villeros ajenos a la estructura tradicional de la cúpula de obispos en Argentina con el fin de reforzar la ayuda social y el armado de un equipo de asesores en temas eclesiásticos que eventualmente lo acompañará a la Casa Rosada si repite un triunfo similar al de las PASO.
Aquella frase de «Francisco me reconcilió con la Iglesia», que pronunció hace unos días Alberto Fernández sobre su mirada del Papa refleja este ánimo de relaciones estrechas que se proyecta el candidato presidencial con la Iglesia hacia el futuro.
El candidato presidencial del Frente de Todos y sus allegados negaron en forma tajante la versión del Financial Times que dio cuenta de que Francisco habría sido quien intercedió para lograr la reconciliación de Alberto Fernández con Cristina Kirchner. «Nada más lejano a eso. Cuando Alberto se reunió con el Papa hacía ya varios meses que Cristina y Alberto se habían reencontrado», definió a Infobae el ex embajador kirchnerista en el Vaticano Eduardo Valdés.
El vínculo de Alberto Fernández y Francisco estuvo moldeado en gran medida por el ex secretario de Culto Guillermo Oliveri y también intervino un personaje ajeno a la política: Carlos Cecchi, el dentista en común que tienen el Papa y el candidato a presidente.
Por recomendación de Oliveri, en diciembre del 2017 Alberto Fernández le envió un mail al Papa. A las 48 horas hubo una respuesta «muy cálida y afectiva», explicó un allegado al candidato del Frente de Todos. Después fue el primer viaje en enero del 2018 al Vaticano donde el Papa y Alberto Fernández compartieron un encuentro a solas y de más de una hora. Pero para esa altura el ex jefe de Gabinete ya se había reconciliado con Cristina Kirchner, de quien hablaron en esa charla.
El candidato presidencial del Frente de Todos volvió a reunirse con Francisco en agosto del 2018 junto con el ex canciller de Brasil Celso Amorin. ¿El tema en cuestión? La situación judicial del ex presidente Lula da Silva que está en prisión. «De ese encuentro surgió el viaje de Alberto para visitar después a Lula en Brasil», explicó un referente del kirchnerismo. Desde ese entonces, Alberto Fernández comparte un vínculo con el Papa ya sea por intermediarios o via mail.
El dentista Cecchi a veces oficia también de intermediario y es un gran promotor de esta relación. «El Papa Francisco es el único que puede cerrar la grieta de los argentinos», suele repetir Cecchi a sus amigos. Este excéntrico dentista del Papa, Alberto Fernández y Mirtha Legrand, entre otras figuras conocidas, suele viajar al Vaticano para llevarle al Sumo Pontífice novedades y mensajes de referentes del mundo de la política. Al igual que Cecchi, Alberto Fernández también cree que la visita del Papa el año que viene a la Argentina también puede servir para cerrar grietas.
Trabajo por los pobres y aborto
Tanto en esas dos reuniones privadas como en los mensajes por correo electrónico que intercambió Alberto Fernández con el Papa Francisco surgió la necesidad de que la Iglesia y la política argentina trabajen a fondo por los pobres en la Argentina.
Algo de esto surgió el martes en la reunión que mantuvo el candidato del Frente de Todos con el presidente de la Conferencia Episcopal monseñor Oscar Ojea, el cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina; y el secretario general, monseñor Carlos Humberto Malfa, obispo de Chascomús.
«Desde su mirada de pastores compartieron con el candidato la idea de que es necesario que en este tiempo se trate especialmente de cuidar el bien común privilegiando a los pobres, que son los que más sufren«, describió el comunicado breve y conciso del la Conferencia Episcopal.
Alberto Fernández está convencido de que si gana las elecciones deberá unificar esfuerzos del Estado con Cáritas Argentina, con las parroquias y con los curas villeros para contener a los pobres. En este contexto crece la figura de Juan Grabois de la CETEP, de movimientos sociales ligados al padre Pepe Di Paola y otros curas de las villas o de Víctor Manuel «Tucho» Fernández que es el arzobispo de la Arquidiócesis de La Plata quien recientemente ofició una misa en el Astillero Río Santiago de Ensenada para celebrar San Cayetano.
La elección y necesidad del candidato presidencial del Frente para Todos en virtud de estrechar lazos fuertes con la Iglesia para atender a los pobres no resulta antojadiza: son muchos los dirigentes que hoy rodean a Alberto Fernández para su eventual gobierno que están convencidos de que los niveles de pobreza y hambre serán muy elevados en diciembre. Y todos coinciden en que el aparato del Estado resultará insuficiente para atender tanta marginalidad.
También en la reunión de la curia con Alberto Fernández se habló de la «necesidad de establecer un diálogo que lleve a generar acuerdos estables para la continuidad del proceso electoral y que favorezcan soluciones al momento difícil que se está viviendo».
Allegados a monseñor Ojea dijeron a Infobae que la reunión fue «muy cordial» y en el marco de escuchar a todos los candidatos presidenciales. No hubo más detalles del lado de la Iglesia.
Sin embargo, fuentes cercanas a Alberto Fernández deslizaron a Infobae que además de hablar sobre la situación social y la necesidad de trabajar junto con la Iglesia para la contención de los sectores desprotegidos, el candidato del Frente para Todos llevó una postura concreta sobre un tema espinoso para la cúpula eclesiástica: el debate sobre el aborto.
«Alberto ya dejó en claro a la Iglesia que su postura es favorable a la despenalización del aborto. Cree que no se puede seguir castigando a las mujeres pero también remarcó que esta no será una prioridad de su gestión, no promoverá el debate y dejará que el tema lo tome el Parlamento si así surge«, confirmó un dirigente del Frente de Todos que está al lado del candidato casi todo el día en esta agitada campaña electoral.
De esta manera, los obispos de la Conferencia Episcopal quedaron avisados de que en un eventual gobierno de Alberto Fernández no se impulsará desde la Casa Rosada el debate por el aborto.
Esta misma postura sobre el aborto es la que deslizó el candidato presidencial hace unos días en una cena que compartió con el sacerdote jesuita Rodrigo Zarazaga que lidera el Centro de Investigación y Acción Social (CIAS), una organización de los jesuitas en la Argentina dedicada a la investigación social y la formación de líderes.
«El encuentro con Zarazaga fue crucial para despejar fantasmas, plantear la necesidad de un trabajo por los pobres y poner en tema que el debate del aborto no será prioridad en un gobierno de Alberto», dijo uno de los presentes en aquel encuentro en las oficinas de la CIAS.
En paralelo a todas estas reuniones y a la agenda de campaña, el candidato del Frente de Todos arma sigilosamente su equipo de gobierno y en ello no descarta la conformación de un grupo para fortalecer la relación con la Iglesia y otros cultos de la Argentina.
Figuran entre los más relevantes Oliveri, Valdés y Santiago Cafiero, este último es el hijo del ex embajador en Vaticano Juan Pablo Cafiero y por su trabajo político en San Isidro tiene muy buena llegada con monseñor Ojea. El candidato del Frente de Todos quiere tener una relación cercana con la Iglesia y con el Vaticano. Después de todo, él mismo admitió que Francisco lo reconcilió con la Iglesia.
fuente INFOBAE