Alberto Fernández volvió a las Leliq. Volvió a invocar las tasas de esas letras, que este jueves fueron de 78%, como el manantial para financiar el pago de remedios para jubilados y, por caso, «salarios dignos para los maestros».
Desde el microestadio de Lanús, donde bendijo un primer movimiento para la unidad sindical de la CTA hacia la CGT, el candidato retomó el tono de campaña: castigó a Mauricio Macri, anticipó tiempos difíciles y se enfocó en la economía.
«Cuando digo ciertas cosas, siempre hay uno que dice: ‘¿de dónde vas a sacar la plata para hacer esto?'», se preguntó, retórico, desde el escenario escoltado por Hugo Yasky, jefe ceteísta y Máximo Kirchner, además de Hugo Moyano, Verónica Magario y Felipe Solá.
«Voy a sacar la plata de dejar de pagar la usura que se llevan los bancos con las Leliq», afirmó y enumeró: que de ahí saldrán los recuperos para «los jubilados tengan todo el año sus medicamentos».
«Vamos a dejar de pagarle a los usureros para que los maestros tengan un salario digno; y vamos a dejar de pagarle a los usureros para que los trabajadores tengan su paritaria año a año», ensayó el candidato y estalló el complejo.
Fue, en verdad, una secuencia, casi un diálogo en continuidad con Máximo K que enumeró, con datos puntuales que tenía escrito en un papel -«mi IPad», bromeó cuando se lo sacó del bolsillo- los desembolsos del FMI y la caída de las reservas.
«Se esfumaron 34 millones de reservas argentinas sin que nadie haya visto mejorar nada, ni un barrio, ni una calle», señaló el diputado nacional.
Fernández retomó, luego, ese hilo y precisó que en «menos de dos años, Macri se endeudó con el FMI seis veces más que lo que se endeudó el país con el organismo entre 1957 y el pago» en 2005.
Recordó, además, que le pidió al FMI que deje de prestarle a Macri porque «es un gastador serial» y arriesgó que cuando asuma la presidencia el 10 de diciembre, «habrá 10 mil u once mil millones de reservas».
Fernández mencionó las tasas de las Leliq, tema que tiró sobre la mesa a fines de julio pasado, cuando era -apenas- un candidato porque en ninguna hipótesis aparecían sus 47 puntos, con 15 de difernecia sobre Macri.
Sembró una polémica que luego aclaró su equipo económico: Fernández, se dijo entonces, no hablaba de no pagar las Leliq sino de apuntar a un shock que haga bajar las tasas que se pagan por esa letra.
Hubo, en aquel espadeo, alertas sobre el efecto que tendría la eventual decisión de eliminar las Leliq, un instrumento para de financiamiento del Estado pero, además, un recurso -muy costoso- para sacarle presión al dólar.
Fernández asistió, invitado por Yasky, a la votación del plenario donde se aprobó mandatar a la cúpula de la CTA a iniciar conversaciones con la CGT para lograr la «unidad del movimiento obrero».
La CTA nació en 1994, tres años después del Congreso de San Martín donde varios gremios, entre ellos ATE y CTERA, abandonaron la CGT. Años más tarde, CTA coincidió con el MTA de Moyano en las críticas al gobierno de Carlos Menem.
Por entonces, el jefe ceteísta era Víctor De Gennaro, dirigente que compitió (y perdió) contra Depetri en la primaria del FdT en Lanús.
Estaban, sobre el escenario, Hugo y Pablo Moyano, además de Sergio Palazzo (Bancarios) y Roberto Baradel (SUTEBA). En la primera línea, se sentó Edgardo Depetri, dirigente que viene de la CTA que compite por la intendencia de Lanús.
Se perfila para derrocar a Néstor Grindetti, luego de que el Frente de Todos (FdT) a nivel local, le ganara por más de 30 mil votos. Depetri mostró su carta en ese escenario nutrido: «Grindetti es Macri, Grindetti es Vidal» dijo y mencionó que el desempleo, en Lanús, saltó de 6 a 12,7%.
De gira por el interior, Axel Kicillof envió un video: saludó la unidad, pidió apoyo y habló de tiempos complicados.
Es, ese, el planteo común: en público y en privado. Lo hizo Magario, que enumeró la crisis en el Conurbano y criticó a María Eugenia Vidal que fue «cómplice de Macri aunque ahora no se quiera mostrar con él».
«Las mejores sociedades son las que distribuyen derechos», resaltó el aspirante presidencial de la oposición al cerrar el acto que organizó la CTA para iniciar el proceso de unificación con la CGT. Destacó que algunos de esos derechos son los de «sindicalizarse, los del trabajador con el aguilando y las vacaciones pagas».
Seguido, lamentó que «ahora resulta que esos derechos son privilegios» y advirtió que «ese es el presente que nos toca», pero propuso revertir esa situación.
«Cuando uno dice estas cosas, siempre hay uno que dice ‘¿de dónde vas a sacar la plata para hacer esto?’ Voy a sacar la plata de dejar de pagar la usura que se llevan los bancos con las Leliq. Y de ahí vamos a hacer que los jubilados tengan todo el año sus medicamentos, como corresponde; y vamos a dejar de pagarle a los usureros para que los maestros tengan un salario digno; y vamos a dejar de pagarle a los usureros para que los trabajadores tengan su paritaria año a año», manifestó.
Fernández remarcó que la deuda que la administración de Macri contrajo con el Fondo Monetario Internacional equivale a «seis veces» la que se saldó con el organismo internacional durante el gobierno de Néstor Kirchner.
El congreso, que contó con la presencia de dirigentes de centrales sindicales de Brasil, Uruguay y España, entre otros países, continuó en el plenario que respaldó la fórmula Fernández-Fernández y la de Kicillof-Magario en la provincia de Buenos Aires, además de la de postulación de Depetri en Lanús.
Entre los invitados estaban Pablo Micheli, jefe de la CTA Autónoma, los intendentes Marín Insaurralde, Mariano Cascallares y Andrés Watson, además de Juan Carlos Junio, Carlos Tomada, Jorge Taiana, Pedro Wasiejko y, entre otros, Oscar Laborde.
fuente CLARIN