WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional ( FMI ) empeoró su pronóstico para la economía argentina al proyectar una caída este año del 9,9% en medio de la pandemia del coronavirus , la peor debacle -por ahora- desde el fin de la convertibilidad. El Fondo prevé un rebote el año próximo, con un crecimiento del 3,9%.
El devastador horizonte que trazó el Fondo para el país al actualizar las proyecciones de su informe Panorama Económico Mundial dista de ser una excepción: el organismo empeoró todos sus pronósticos respecto de sus cálculos de abril, cuando la pandemia apenas había comenzado a golpear a Occidente. La economista Jefe del FMI, Gita Gopinath, dijo que ahora prevén «una recesión más profunda para 2020, y una recuperación más lenta para 2021». Para América Latina, ese panorama puede llevar a una recesión más parecida a una «L» que una «V».
El FMI prevé que el mundo se contraerá un 4,9% este año, la peor recesión desde la Gran Depresión que comenzó en 1929. La caída será «sincronizada» al impactar a las naciones desarrolladas y al mundo emergente, y el 95% de los países cerrará el año empobrecido al sufrir una caída en su ingreso per cápita.
«Estas proyecciones implican una pérdida acumulada para la economía global durante dos años de más de US$12 billones por esta crisis», escribió Gopinath en su comentario que acompañó las proyecciones.
Con todo, el derrape que sufrirá la economía argentina -que podría llegar a ser peor que la debacle de 2002, luego del fin de la convertibilidad, cuando la economía cayó un 11,5%- apunta, por ahora, y al menos en los números del Fondo, a ser más leve que la de otras economías desarrolladas y emergentes que verán caídas de dos dígitos, como Francia (-12,5%), Italia (-12,8%), España (-12,8%) y el Reino Unido (-10,2%), y, en América Latina, México (-10,5%). El Fondo estimó que la economía de Estados Unidos, primera potencia global, caerá un 8%, mientras que China aparece como la gran excepción: crecerá sólo un 1%.
El Fondo insistió en la misma advertencia que había hecho en abril: existe aún un «alto grado de incertidumbre» y, por ende, un claro riesgo a que las proyecciones empeoren aún más, sobre todo si se producen nuevas olas de infecciones en ausencia de un tratamiento efectivo contra el Covid-19 y una vacuna que permita desterrar definitivamente la pandemia. Gopinath apuntó a otro riesgo relevante para la Argentina: que se endurezcan «rápidamente las condiciones financieras, desencadenando problemas de deuda».
Gopinath elogió la ofensiva de los gobiernos para acolchonar a las economías con planes de estímulo fiscal. El apoyo fiscal global ahora supera los UD$10 billones, afirmó, y la política monetaria ha disminuido drásticamente las tasas de interés e inyectado liquidez. Estas medidas, indicó, lograron «evitar quiebras a gran escala, ayudando así a reducir cicatrices duraderas y ayudando a una recuperación».
La economista también remarcó desafíos para el mediano plazo, en particular, el aumento de la deuda pública. «Se prevé que la deuda pública alcance este año el nivel más alto en la historia registrada en relación con el PBI, tanto en los mercados avanzados como en los emergentes y en las economías en desarrollo», indicó.
«Los países necesitarán marcos fiscales sólidos para la consolidación a mediano plazo, mediante la reducción del gasto excesivo, la ampliación de la base impositiva, la minimización de la evasión fiscal y una mayor progresividad en la tributación en algunos países», afirmó.
Fuente: La nación