Es el primer test importante que enfrenta el mercado de deuda privada y los resultados no fueron positivos. El Banco Hipotecario logró solo 46,26% de adhesión al canje de su deuda, por debajo de lo recomendado por el Banco Central, y extendió el plazo de reestructuración hasta el jueves a las 18.
Se trata de la segunda oferta que realiza el banco de mayoría accionaria estatal -60% de las acciones-, pero cuya dirección está en manos del grupo privado IRSA. En su primera propuesta había conseguido casi el 35% de adhesión, cuando ofreció pagar en efectivo el 35% de las tenencias a reestructurar. Luego subió este monto al 42%, lo que logró ampliar la adhesión al 46%.
Estos valores ya generan que el Banco Hipotecario se convierta en un caso testigo para el resto de las empresas que se ven obligadas a reestructurar su deuda por iniciativa del Banco Central. La comunicación «A» 7106 de la entidad dice: «El monto neto por el cual se accederá al mercado de cambios en los plazos originales no superará el 40% del monto de capital que vencía».
Es decir, por más que el 100% de los acreedores del Banco Hipotecario entren al canje propuesto, la entidad deberá pagar el 42% en efectivo, más del «40% del monto de capital que vencía» que puede comprar en el mercado único y libre de cambios (MULC). La normativa del Central es ambigua con respecto a cómo puede conseguir el resto de los dólares por arriba del 40%.
En el caso del Banco Hipotecario, la entidad busca reestructurar US$279,8 millones; por lo tanto, puede adquirir en el mercado oficial hasta US$111,92 millones. Pero en su oferta, en caso de que ingresen el 100% de los acreedores, como mínimo deberá pagar en efectivo US$117,52 millones. ¿Cómo adquirirá los US$5,6 millones de diferencia? ¿Y cómo llega a conseguir el 100% de adhesión si hasta ayer obtuvo 46% y no realizó ninguna oferta mejor?
Comprar los dólares mediante operaciones de contado con liquidación (CCL) no es posible porque, según la normativa vigente del Central, se deben esperar 90 días para realizar estas operaciones luego de haber comprado dólares en el mercado de cambios.
Las otras alternativas es usar los dólares propios para hacer frente al vencimiento o hacer default de la deuda, lo cual no sería conveniente para un banco, que puede desatar inmediatamente una corrida bancaria. Por eso en el mercado se considera que el Banco Central «juega con fuego al poner a un banco como caso testigo».
El default es una opción probable para la mayoría de las empresas que no tengan los dólares líquidos para hacer frente a sus obligaciones. Después de todo, son empresas que operan en la Argentina y, por lo tanto, sus ingresos son en pesos. Lo que recomienda esta normativa, a futuro, es que las empresas conviertan a dólares sus ingresos si quieren pedir prestado deuda en moneda extranjera, porque nunca se sabe si después el Banco Central le venderá las divisas cuando deben hace frente sus obligaciones.
Estos son problemas que países de la región, por ejemplo, no tienen, ya que lograron desarrollar un mercado de capitales en moneda doméstica. En la Argentina, como la tasa de ahorro es de 14% del PBI (menor al entre 25 y 30% de la región), no hay suficientes pesos para dar crédito al sector público y al privado.
Otras empresas que enfrentan vencimientos en el corto plazo, según consignó la consultora 1816 en base a información del Mercado Abierto Electrónico (MAE), son IRSA, Cresud, Genneia, AES, San Miguel, Newsan y Aeropuertos Argentina 2000, que acaba de completar un canje, pero aun así deberá enfrentar vencimientos de capital para quienes no aceptaron la propuesta, aunque serán menores al límite de US$1 millón mensual.
Fuente: La nación