Esta semana arrancará finalmente en la Cámara de Diputados el debate sobre el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo junto con la ley de los Mil Días que apunta a brindar asistencia a embarazadas y a los niños hasta los dos años de edad. El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, convocó a los presidentes de las cuatro comisiones que intervendrán. La reunión se realizará bajo la modalidad de teleconferencia. Con ellos, cuatro diputados oficialistas con militancia a favor de la legalización del aborto, y luego con diputados que representan la postura contraria, buscará acordar la agenda y el cronograma de trabajo para los próximo días.
La estrategia del oficialismo es votar ambas normas en paralelo y avanzar rápidamente en la cámara de origen para luego de la media sanción, si así ocurriera, remitirla al Senado ya en sesiones extraordinarias. Si hay consenso, este mismo jueves podría iniciarse el plenario de comisiones informativas, con participación de algunos especialistas.
En principio los plazos juegan en contra para quienes quieren apurar el debate: salvo que hubiera un trámite exprés (que la posición “celeste” rechaza rotundamente) no hay tiempo para que se vote la media sanción en las sesiones ordinarias que terminan el próximo lunes 30. Pero además hay un escollo insalvable: el 20 de noviembre, según marca el reglamento legislativo, venció el plazo para dictaminar y sólo se podría presentar un proyecto sobre tablas si hubiera un amplio acuerdo.
Las comisiones a las que serán girados ambos proyectos son la de Salud, Legislación General, Mujeres y Diversidad y Legislación Penal presididas por los diputados del Frente de Todos Pablo Yedlin, Cecilia Moreau, Mónica Macha y Carolina Gaillard. Hoy a las 13 Massa se reunirá con ellos de manera remota. La propuesta sería sesionar en comisión, de manera virtual, durante ocho horas por día, cuatro por la mañana y cuatro por la tarde, con un receso para el almuerzo. El inicio sería este jueves 26.
Tal como les prometió a representantes de organizaciones autodenominadas “provida”, Massa tiene previsto consensuar el calendario con los diputados que rechazan la legalización, no solo con quienes la impulsan. La tarea no será sencilla ya que según indicó a Infobae la diputada Carmen Polledo, vicepresidenta de Salud, ese sector exigirá al menos dos meses de discusión y evitar que la votación coincida con la Navidad. Algo similar reclamó dos años atrás Elisa Carrió durante la cuaresma, en los días previos a la Pascua cristiana. La legisladora del PRO subrayó la necesidad de reeditar el extenso debate dado en 2018 ya que “se renovó el 50% del Congreso y además hay colegas indecisos que necesitan escuchar a los expositores. En Diputados, los indecisos y los que no verbalizaron su posición son una veintena mientras que en el Senado serían entre dos o cuatro aunque en el marco de las negociaciones y presiones los números pueden cambiar como ya ocurrió”.
“Si quieren que la media sanción salga en 15 días va a ser escandaloso”, aseguró una legisladora a este medio Infobae. De hecho la misma tarde en que Alberto Fernández envió el proyecto al Congreso aparecieron pintadas en color celeste con la frase “empieza la guerra”. Y el viernes hubo un escrache frente al domicilio del radical porteño Facundo Suárez Lastra. Muchos dirigentes políticos, de todos los partidos, rechazaron la manifestación. Pero hay temor ya que la discusión de una ley tan polémica se daría de manera remota, con los diputados y senadores en sus domicilios o en las Legislaturas de sus provincias.
El presidente Alberto Fernández, que firmará en los próximos días el decreto para sesiones extraordinarias, criticó el escrache al diputado radical Suárez Lastra y pidió “no empezar con eso de andar persiguiendo diputados”. “No es aborto sí o aborto no, porque los abortos ocurren. El aborto no es un problema vinculado a la religión ni a la moral propia: es un problema de salud pública”, insistió sobre el debate que viene.