En tan solo 3 años, por recesión, inflación, caída de salarios, jubilaciones e ingresos de la mayoría de la población, pandemia y cuarentena, y a pesar de las ayudas oficiales, 7.700.000 personas cayeron en la pobreza. Y de ese total 2,4 millones descendieron aún más: pasaron a ser directamente indigentes.
Con el dato que difundirá este miércoles el INDEC, se estima que proyectado a todo el país la pobreza habría alcanzado a final del año pasado a 19 millones de personas.
A fines de 2017, sumaban 11.300.000, el 25,7% de la población. Y desde entonces, según las mediciones semestrales del INDEC, no paró de subir, hasta alcanzar el 40,9% en el primer semestre del año pasado, 18,5 millones de personas. Hoy se conocerá la cifra de la segunda mitad del año pasado, que los especialistas estiman en torno del 40-42%.
En el conurbano bonaerense, en tres años, la pobreza pasó de 3,5 millones a 6 millones de personas, Y la pobreza de chicas y chicos menores de 14 años, de 4,3 millones a poco más de 6 millones.
Todas las cifras se refieren a la pobreza proyectadas a todo el país por carencia o falta de ingresos con relación a una línea de pobreza o canasta básica familiar (matrimonio y 2 hijos) que a febrero último fue valuada por el INDEC en $ 57.997,48. Y que a marzo rondará los $ 60.000.
Con ingresos familiares por debajo de ese valor, están la mayoría de los asalariados y cuentapropistas no registrados y también buena parte de los asalariados formales o registrados ante la Seguridad Social, que tuvieron en tan solo 3 años caídas del salario real del orden del 15 al 25%. El mismo retroceso de ingresos tuvieron los jubilados y pensionados.
En tanto, si en lugar de los ingresos de las personas o familias, se toman en cuenta la gente que vive en forma precaria, en hacinamiento, con problemas de asistencia escolar, precariedad en el empleo o en el acceso a la salud, la pobreza asciende al 47% de la población o 21 millones de personas.
Los más afectados son los menores: un 55% de quienes tienen menos de 18 años en la Argentina viven en esa condición.
Estos datos son oficiales del primer semestre de 2020, del Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales (SIEMPRO) un organismo que depende de la Presidencia de la Nación. Corresponde a la medición de Pobreza Multidimensional, que complementa la medición tradicional de pobreza por ingresos del INDEC.
Ya antes de la irrupción de la pandemia, en 2 años, la pobreza subió del 25,7% (11,3 millones) en 2018 al 35,5% (16 millones) en 2019 y en 2020 habría sumado otros 3 millones.
De todos estas cifras oficiales se desprende que si tan solo unos años atrás la Argentina tenía una pobreza estructural medida por ingresos del 25% difícil de perforar, ahora saltó al 40%.
Pero con otra diferencia no menor: hay que agregar un aumento del desempleo -subió del 7 al 11% de la población activa – y una gran cantidad de gente asistida por el Estado, como por ejemplo, los 2,3 millones de padres o madres que perciben la AUH por 4,4 millones de chicos, chicas y adolescentes menores de 18 años, la tarjeta alimentar, o planes sociales.
NE