Reforzar su “liderazgo regional”, y mostrarse como un eficaz “intermediario” entre Washington y regímenes políticos populistas “de la Patria Grande”, que tienen a Estados Unidos como principal enemigo. Son esos los principales objetivos que el presidente Alberto Fernández alcanzará hoy, cuando el pleno de cancilleres de la Comunidad de Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) elija al país como presidente de esa entidad por todo 2022.
Tras finalizar su informe como presidente pro témpore de la entidad, su par mexicano, Marcelo Ebrad, se pronunció a favor de que la Argentina logre “una solución a las presiones financieras durante este año”. “Es importante que la Argentina salga adelante y que no le impongan restricciones a su crecimiento económico”, agregó en implícita referencia a la negociación con el FMI.
Creada hace poco más de una década bajo el influjo del venezolano Hugo Chávez, la Celac es desde hace años el ámbito que Nicaragua, Venezuela y Cuba sostienen para dirigir desde allí sus críticas hacia Estados Unidos y su “política injerencista” en América latina. Al igual que Canadá, Estados Unidos no forma parte de la Celac, entidad a la que el gobierno de Mauricio Macri le había dado una nula importancia, un camino seguido hoy por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que ni siquiera envía delegados al foro.
Martín Guzmán reconoció anteayer en su diálogo con los gobernadores dificultades en las negociaciones con el FMI, desde el Gobierno y la Cancillería se muestran entusiasmados con el logro, frustrado en septiembre pasado cuando el rechazo de Nicaragua impidió la asunción de Argentina y obligó a postergar la votación. En aquel momento, el presidente Daniel Ortega estaba más que molesto por críticas argentinas a las violaciones a los derechos humanos en ese país, que incluyeron el encarcelamiento y exilio de siete candidatos opositores en las elecciones, que con no poca polémica terminó con un nuevo triunfo del sandinismo. Con el regreso del embajador Daniel Capitanich (había sido llamado a consultas en junio) a Managua y otros gestos como la promesa de envío de vacunas y abstenciones a condenar a Nicaragua en la OEA, el vínculo se fue normalizando, al menos según esperan en el Gobierno.
Desde la oposición, el cónclave despierta sospechas de realineamientos estratégicos. “El verdadero motivo por el cual @alferdez quiere presidir la #CELAC, deja en claro la aproximación que tiene con China y la ruptura con EE.UU. Se trata de un marcado alineamiento internacional”, tuiteó el diputado Gerardo Milman (Pro), cercano a la presidenta del macrismo, Patricia Bullrich.
¿La reunión con representantes “antiimperialistas” hace ruido en un momento crucial plena negociación con el FMI? “La Argentina ha sido elegida como sede porque es valorada su capacidad de dialogar y consensuar con todos los actores de la región. Eso es algo que hay que poner en valor, ser un interlocutor válido, se privilegian las relaciones latinoamericanas (…) Sería importante que todos entiendan que fortalecer una región fortalece al mundo”, afirmó a LA NACION la portavoz Gabriela Cerruti, durante la conferencia de prensa en Casa Rosada. “Las relaciones con Estados Unidos son excelentes y lo seguirán siendo”, acotó la portavoz, como para calmar la inquietud que sobrevuela en distintas misiones diplomáticas.