Pese a salirlo a medir en encuestas distintos consultores, Massa podría ser el candidato 2023 que se espera para el oficialismo
A Massa lo ven a nivel internacional
Sergio Massa es un bien conocido entre los principales fondos de inversión de Wall Street. El ministro de Economía nunca perdió los contactos en los centros de poder de Nueva York y Washington, aunque en sus últimas visitas a Estados Unidos privilegió los encuentros con los organismos internacionales y con la administración Biden.
Desde Wall Street siguen con atención los pasos del ministro. Pero, atención, por ahora no tanto por las posibilidades de inversión en activos financieros del país sino -sobre todo- porque quieren saber si la crisis argentina se va a profundizar en medio de las presiones cambiarias por la escasez de reservas en el Banco Central.
Incluso, desde un par de fondos estadounidenses confirmaron lo que iProfesional ya había publicado: que la recuperación de los bonos de las últimas semanas tuvo que ver con apuestas de inversores locales y no de jugadores del exterior, que están más pendientes de otros mercados emergentes, incluso de la región, como Brasil y hasta de Ecuador.
De todas formas, desde Wall Street creen que en las últimas semanas, la Argentina pudo aprovechar el respiro financiero que benefició a otros mercados emergentes.
Básicamente, se notó una mayor estabilidad en los mercados globales por la incipiente baja en el precio del gas en Europa, tras la incertidumbre generada por la ola inflacionaria y la seguidilla de subas en las tasas de interés en todo el mundo.
Sergio Massa, bajo la lupa de Wall Street
Acomodó las tasas de interés, puso en marcha el «dólar soja», lo que permitió equilibrar al mercado cambiario y juntar u$s5.000 millones en el Banco Central.
Ahora que eso pasó -y cumplió las metas firmadas con el Fondo Monetario Internacional- se esfuerza por cuidar las divisas, a fuerza de un bloqueo parcial de las importaciones. Una medida que golpeará sobre la actividad económica y también a la inflación.
La presión sobre los precios continúa con una fortaleza que enciende las alarmas en el Gobierno y también en los centros financieros. El cierre de octubre muestra un IPC que, otra vez, se encamina a, por lo menos, el 6%, con los alimentos punteando el ranking. Un escenario que, de por sí, le pone enigmas y preocupaciones al escenario social y político.
En este contexto, al menos desde afuera, nadie espera que se larguen órdenes de compra de activos financieros argentinos.
FMI, elecciones y dudas sobre la Argentina
Para los inversores de Nueva York, el largo plazo en la Argentina es el primer trimestre de 2023. Sin embargo, los reportes que se envían a los clientes dan cuenta de que ya comenzó la campaña electoral. Un condimento que extraña a algunos analistas: el recalentamiento de las internas a ambos lados de la grieta a pesar de la profundidad de la crisis y la incertidumbre hacia adelante.
En este contexto, la expectativa de los financistas es que Massa sea uno de los protagonistas de la próxima campaña. En los bancos internacionales sostienen que el actual ministro podría anotarse en la carrera para Presidente.
Por eso mismo, la visión de esos operadores es que el ministro intentará jugar con los límites que le impone el acuerdo con el FMI. Incluso con los márgenes políticos en la interna del Frente de Todos.
Algunos límites lo dejan más expuesto que otros. Por ahora, el titular del Palacio de Hacienda no ha podido cerrar un acuerdo con las empresas fabricantes de alimentos para congelar los precios de una canasta de 1.500 a 2.000 productos. Un anuncio que Massa quiere realizar sí o sí en las próximas jornadas, a pesar de las resistencias de las compañías.
¿Massa, en campaña para 2023?
A la vista de los inversores, el anuncio del «IFE 5» -que otorgará un monto de $45.000 en dos cuotas, por única vez al millón de personas más postergadas de la sociedad- se convirtió en la primera medida de «campaña» del oficialismo, pero sobre todo de Massa.
Más importante aún serán los millones que Economía distribuya en las provincias durante los próximos meses, y que ya empezaron a mejorar los balances de los gobernadores.
En el mismo sentido habrá que anotar el bono que el Gobierno obligará que las empresas del sector privado repartan entre sus empleados. Esta iniciativa, sobre todo, está pensada para aquellos sectores que no están representados por gremios poderosos, que están logrando acuerdos con cláusulas gatillo hacia fin de año.
Justamente, por ahora, el ministro vino esperando a que esos sindicatos vayan cerrando los acuerdos, tal como le pidieron los «gordos» de la CGT a Alberto Fernández. Pero ahora que los gremios más grandes ya fueron cerrando trato -con el récord del 107% de los camioneros-, ahora llegará el anuncio del bono, que Massa siempre pensó en $30.000 por única vez antes de fin de año, pero que podría estirarse a $40.000.
El acuerdo por los «¨Precios Justos», una negociación complicada con las empresas para que congelen una canasta de alimentos durante el verano, formaría parte de esa misma estrategia de un «Massa en campaña», tal como observan desde Nueva York.
¿Quién se hace cargo del acuerdo con el FMI?
La gran expectativa de los inversores extranjeros radica en si -como se juega el Gobierno-, la estabilidad cambiaria ya está asegurada. Si el «Massa candidato» -como ven desde Wall Street- luce compatible con el cumplimiento del acuerdo con el FMI.
Y qué podría suceder si los datos de la economía, y las reglas monetarias y cambiarias vuelven a poner bajo tensión al sistema.
En Wall Street están convencidos de que el Banco Central dejó de perder reservas durante las últimas semanas merced a las trabas a las importaciones. Un método que contribuye al enfriamiento de la economía y a una exacerbación de la inflación.
En este contexto, las expectativas de una devaluación abrupta no se moderaron. Por eso, los grandes jugadores prefieren «esperar para ver» antes de mover una nueva ficha.
iprofesional