CABO CAÑAVERAL, Florida, EE. UU. (AP) — La inusualmente potente tormenta solar que está afectando a la Tierra ha regalado intensos espectáculos de colores en los cielos del hemisferio norte durante la madrugada del sábado, hasta el momento, sin reportes de problemas en el suministro de energía eléctrica o comunicaciones.
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) emitió una advertencia por tormenta geomagnética severa cuando una eyección solar alcanzó el planeta el viernes por la tarde, horas antes de lo previsto. Los efectos de las auroras boreales, observadas principalmente en el Reino Unido, se prolongarán durante todo el fin de semana y posiblemente los primeros días de la próxima semana.
Numerosos habitantes del Reino Unido compartieron imágenes de las auroras boreales en las redes sociales temprano el sábado, un fenómeno visible en Londres y el sur de Inglaterra.
Chris Snell, meteorólogo de la agencia británica de meteorología, informó que hubo avistamientos «desde el norte hasta el sur del país», y que también se recibieron imágenes e informes sobre la presencia de auroras boreales en otros lugares de Europa, como Praga y Barcelona.
La NOAA instó a los operadores de centrales eléctricas, aeronaves en órbita y a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de Estados Unidos (FEMA) a tomar precauciones.
«La mayoría de las personas aquí en la Tierra no necesitarán hacer nada», aseguró Rob Steenburgh, científico del Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA.
La tormenta podría generar auroras boreales en el extremo sur de Estados Unidos, incluyendo Alabama y el norte de California, según la NOAA, aunque es un fenómeno difícil de predecir.
«Esa es realmente la joya del clima espacial: la aurora boreal», comentó Steenburgh. Él y sus colegas sugirieron que las mejores imágenes de la aurora se podrían capturar con las cámaras de los teléfonos celulares, que son más eficientes para captar la luz que el ojo humano.
«Si toma una fotografía del cielo, podría llevarse una grata sorpresa», señaló Mike Bettwy, jefe de operaciones del centro de pronóstico.
La tormenta solar más intensa registrada ocurrió en 1859 y produjo auroras boreales en Centroamérica y posiblemente incluso en Hawái.
«No anticipamos algo así», aunque podría estar cerca, dijo Shawn Dahl, pronosticadora del clima espacial de la NOAA.
Esta tormenta, calificada como de nivel 4 en una escala de 5, plantea riesgos para las líneas de transmisión de alto voltaje de las redes eléctricas, pero no tanto para las líneas eléctricas residenciales, explicó Dahl a los periodistas. Los satélites también podrían verse afectados, lo que podría interferir en la navegación y los servicios de comunicaciones terrestres.
Por ejemplo, una tormenta geomagnética extrema ocurrida en 2003 provocó cortes de electricidad en Suecia y dañó transformadores eléctricos en Sudáfrica.
La NOAA advierte que las señales entre los satélites GPS y los receptores terrestres podrían experimentar interrupciones o pérdidas incluso después de que pase la tormenta, aunque debido a la cantidad de satélites de navegación, esos cortes no deberían ser prolongados, según Steenburgh.
El Sol ha estado produciendo fuertes erupciones solares desde el miércoles, que han dado lugar a al menos siete estallidos de plasma. Cada erupción, conocida como eyección de masa coronal, puede contener miles de millones de toneladas de plasma solar con líneas de campo magnético procedentes de la atmósfera exterior del astro, o corona.
Las erupciones parecen estar asociadas a una mancha solar que tiene 16 veces el diámetro de la Tierra, según la NOAA. Esto es parte de la actividad solar, que aumenta a medida que la estrella se acerca al punto álgido de su ciclo de 11 años.
Según la NASA, la tormenta no representa una amenaza grave para los siete astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional. La mayor preocupación es el aumento de los niveles de radiación, y la tripulación podría trasladarse a una zona más protegida del laboratorio orbital si fuera necesario, explicó Steenburgh.
El aumento de la radiación también podría amenazar a algunos de los satélites científicos de la NASA, por lo que los instrumentos más sensibles se apagarán, si es necesario, para evitar daños, comentó Antti Pulkkinen, director de la división de ciencia heliofísica de la agencia espacial.
Varias sondas que estudian el Sol están monitoreando toda la actividad.