El éxodo de las corporaciones extranjeras en Argentina durante los últimos seis meses ha sido notable.
A pesar de las generosas propuestas del gobierno actual, varias grandes empresas globales han decidido retirarse o licenciar sus operaciones en lugar de mantener una gestión directa.
Por ejemplo, la multinacional estadounidense Procter & Gamble transfirió sus operaciones en Argentina a la firma local Newsan, que ahora comercializará marcas como Gillette, Pampers y Pantene bajo licencia de P&G. Otro caso similar ocurrió con Clorox, que cedió la producción y comercialización de marcas como Ayudín y Pinoluz a un fondo de inversión guatemalteco.
Además, el HSBC transfirió sus activos en Argentina al Banco de Galicia, y los negocios de Xerox pasaron a manos del grupo local Datco.
A pesar de los esfuerzos por atraer inversión extranjera, la inestabilidad económica y la disminución del consumo interno han influido en estas decisiones