Las altas temperaturas y las tormentas eléctricas en la región cordillerana de Río Negro y Neuquén han provocado los primeros incendios forestales de la temporada veraniega.
Según los expertos, se esperan máximas de hasta 35 grados en la cordillera durante este verano, lo que representa una situación preocupante. El material combustible está muy seco y los troncos se prenden con facilidad.
Los brigadistas reforzaron las patrullas en las zonas estratégicas y hay 65 efectivos operativos para intervenir rápidamente en caso de nuevos focos de incendio. Piden a la población que estén atentos y reporten cualquier humo o señal de fuego.
En Neuquén, el Sistema Provincial de Manejo del Fuego atiende dos incendios forestales generados por caídas de rayos. Uno está en la zona de El Escorial y otro en Huarenchenque.
Las autoridades advierten que los pronósticos para este verano son complicados en la región patagónica. Hace falta más precipitación y la humedad es baja. Instan a extremar las precauciones para evitar que se desaten más incendios.