CÓRDOBA: El Festival Nacional de la Papa de Villa Dolores se vio empañado por un escándalo que pone en evidencia la pésima gestión del intendente Maximiliano Rivarola y su equipo de gobierno.
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Durante la ceremonia de entrega de atributos, las embajadoras salientes denunciaron públicamente el trato vejatorio y la falta de respeto que sufrieron durante todo su año de representación.
Amira Oggas, segunda embajadora de la edición 2024, expresó su «desilusión» por haber participado de este «mundo irreal» donde la Municipalidad «no le da la importancia que se merece» al Festival.
Relató cómo desde el inicio fueron maltratadas: les apagaron las luces del escenario el día de la elección, no les regalaron ni un clavel y ni siquiera les dieron la oportunidad de decir unas palabras.
Peor aún, denunció que en los eventos a los que fueron invitadas ni siquiera les brindaron comida o bebida, siendo su propia coordinadora quien debía pagar de su bolsillo.
Oggas remarcó que ni el intendente Rivarola ni su equipo de gobierno las convocaron o les brindaron apoyo durante todo el año.
Pero el escándalo no terminó ahí. Oggas también denunció que, al finalizar su descargo, su propia madre fue agredida por la seguridad privada del evento, quienes la agarraron del cuello alegando que iba a «armar disturbios». Según relató, escuchaba los gritos de su madre mientras era violentada.
Lamentablemente, ni siquiera después de esta denuncia pública, nadie del gobierno municipal se acercó a las jóvenes para brindarles una explicación o disculparse por el trato recibido.
Esto demuestra el nulo interés del intendente Rivarola y su equipo por escuchar a las protagonistas de uno de los eventos más importantes de Villa Dolores.
Como punto central, el Festival Nacional de la Papa fue empañado por la humillación y maltrato hacia las embajadoras, quienes se animaron a denunciar públicamente la desidia y falta de profesionalismo del gobierno municipal.
Una situación bochornosa que debería llevar a una profunda reflexión sobre la gestión del intendente Rivarola y la necesidad de un cambio en la organización de este tradicional evento.