El sector de las estaciones de servicio en Argentina enfrenta una situación complicada, con una caída continua en la demanda de combustibles, que ya suma 15 meses. Según datos de la Secretaría de Energía, esta disminución se debe a factores como la pérdida de poder adquisitivo y los constantes aumentos en los precios de las naftas.
Para abril, se anticipa un nuevo incremento en el precio de los combustibles, que se estima en alrededor del 2%. Esto implicaría que el litro de nafta súper alcanzaría casi los 1.200 pesos, mientras que la nafta premium podría llegar a 1.480 pesos. El gasoil, por su parte, también verá un aumento, con precios que superarían los 1.215 pesos por litro.
Raúl Castellano, titular de la Cámara de Empresarios de Combustibles (CEC), afirmó que esta tendencia de aumentos es inseparable de la inflación y los impuestos que afectan el costo de los combustibles. A pesar de la inminente subida de precios, los estacioneros están preocupados por las bajas ventas, que han estado por debajo de las cifras de 2023, un año ya considerado malo para el sector.
El panorama se complica aún más con la reciente introducción del autoexpendio de naftas. Aunque se esperaba que esta modalidad ayudara a mejorar la situación, aún no ha tenido un impacto significativo en el mercado.
Con un contexto de ventas a la baja y nuevos aumentos en los precios, los estacioneros se enfrentan a un desafío considerable. La situación actual resalta la necesidad de estrategias efectivas para revitalizar la demanda y asegurar la sostenibilidad del sector en un entorno económico difícil.