El Cairo, 23 nov (PL) Miles de personas continúan reclamando hoy en Egipto la renuncia inmediata de la Junta Militar, al considerar «demasiado tardía» la oferta de someter a referendo su gestión política, mientras prosigue la represión policial a manifestantes.
La consigna de «él que se vaya, nosotros no nos vamos» predominó en plazas y calles en el sexto día consecutivo de demostraciones contra el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) y el quinto de enfrentamientos en El Cairo, Alejandría y otras ciudades.
Muy lejos de tranquilizar, el discurso de anoche del jefe del CSFA, mariscal de campo Mohamed Hussein Tantawi, soliviantó a los inconformes que decidieron retomar la emblemática plaza Tahrir como tribuna para expresar frustración con el lento avance de la transición democrática.
«Ahora es demasiado tarde, tuvieron nueve meses para convencernos de que trabajaban en serio por la democracia y la revolución (como llaman a la revuelta que derrocó a Hosni Mubarak)», declaró a Prensa Latina Nihal, una joven abogada que lleva dos días atrincherada en Tahrir.
Tantawi compareció para anunciar que se acordó crear un gobierno de salvación nacional, que habrá elecciones presidenciales antes del 1 de julio de 2012, y que se mantiene el calendario para los comicios parlamentarios del 28 de noviembre.
En su alocución, el exministro de Defensa de Mubarak dijo que «el Ejército no quiere el poder (…) y pone los intereses del pueblo por encima de cualquier otro. Esta dispuesto a dejar sus responsabilidades de inmediato, si el pueblo lo decide en un referendo».
Con zapatos en mano, un gesto común en el mundo árabe para expresar desprecio, manifestantes rechazaron extender por otros siete meses la tutela militar del proceso de transición, y desafiaron en las calles gases lacrimógenos y disparos de balas de caucho de la policía.
Alejandría, la segunda ciudad del país, registró los incidentes más violentos la pasada noche, con al menos un muerto, aunque en esta capital hubo nuevas escaramuzas entre activistas y uniformados, sobre todo cerca del Ministerio del Interior, literalmente blindado.
Haitham, un profesional que alterna desde hace tres días su jornada laboral con activismo en Tahrir, mostró decepción porque «esperábamos más» del CSFA, y cuestionó que se haga un referendo para una autoridad que fue «indicada por el impopular rais (presidente) Mubarak».
Entretanto, la tensión prevalece este miércoles en el país, aunque en zonas de El Cairo sólo las conversaciones y el cierre de algunos comercios hace notar la compleja coyuntura, agravada por divisiones entre fuerzas políticas y sociales de cara a los próximos comicios.
Si bien muchos islamistas de corriente salafista y de la propia Hermandad Musulmana (HM) asistieron el martes, a título individual, a la denominada «marcha del millón», la postura oficial de ese movimiento amenaza su amplia popularidad y, peor aún, el curso de las protestas.
Miembros de la HM están negociando con el CSFA una salida a la crisis, pero a partir de su interés de que bajo ninguna circunstancia se aplacen las legislativas del lunes en las que aparecen como amplios favoritos, una realidad que podría revertirse de modo súbito.