El plan de Monti golpea a la izquierda italiana
Por Julio Algañaraz. Roma, corresponsal de Clarin
La principal acusación es la falta de equidad de las medidas, que vuelven a cargar el peso del ajuste sobre los sectores populares.
Las medidas del plan “Salva Italia” de 30 mil millones de euros del premier Mario Monti, está produciendo graves laceraciones en la izquierda italiana, que en todos los sondeos forman una coalición que resultaría ganadora si hubiera elecciones. La principal acusación es la falta de equidad de las medidas, que vuelven a cargar el peso del ajuste sobre los sectores populares, mientras vuelve a dejar a los ricos (que cada vez son más ricos) en la impunidad social. Hasta ahora el principal perdedor de esta crisis en la crisis es el Partido Democrático (PD), principal fuerza de la centroizquierda y primer partido del país según las encuestas de la opinión pública.
El PD, cuyo jefe es Pierluigi Bersani, está formado por una mayoría de ex miembros y simpatizantes del legendario PCI (Partido Comunista Italiano) y una minoría de los llamados “católicos democráticos”. El talante que impera es socialdemócrata y las viejas banderas de la “sinistra” han sido desteñidas. Ya no se llaman entre sí “compañeros” y los dirigentes casi nunca mencionan la palabra “sinistra”. Según los críticos, trotan hacia el centro, con grandes divisiones internas.
Muchos se preguntan si el Partido Democrático no ha caído en la trampa que él mismo construyó para quitar de en medio a Berlusconi. La única alternativa era y es el gobierno de técnicos del economista Mario Monti. El PD apoyo esta opción con demasiado entusiasmo, que en parte ha perdido después que Monti presentó el domingo su plan “Salva Italia”, que contiene duras medidas de ajuste, poca equidad social y escasos procedimientos en favor del imprescindible crecimiento. Italia ha entrado ya en una dura recesión que se extenderá por todo el año próximo.
El PD anunció que votará a favor del Plan de Monti. Es el principal de los tres pilares que sostienen al gobierno de técnicos. Los otros dos son el ex primer ministro conservador Silvio Berlusconi y su partido PDL, y los centristas del Tercer Polo que lidera el católico Pier Ferdinando Casini.
“La maniobra no es bastante equitativa”, admitió Bersani. Lo mismo afirmó la Iglesia Católica italiana y ambos señalaron que “eran posibles otras intervenciones”.
El PD es el principal protagonista de un grupo de fuerzas políticas de centroizquierda que podría reunir el 44% de los votos si hubiera elecciones anticipadas, junto con la Italia de los Valores del ex fiscal anticorrupción Antonio Di Pietro, el gobernador de Puglia, Niki Véndola, jefe de Sinistra, Ecología y Libertad, el SEL, los vedes ecologistas y un vasto archipiélago de organizaciones pacifistas.
La división en la sinistra, que se está haciendo enconada, sobre a la nueva maniobra de ajuste, que es la tercera este año, puede cambiar el panorama de la política italiana. Sobre todo porque el PD es uno de los tres pilares en el Parlamento que sostienen al gobierno Monti, junto con el partido del gran enemigo Silvio Berlusconi y con los centristas del Tercer Polo de Pier Ferdinando Casini.
Ayer, Antonio Di Pietro arrojó la bomba comentando en la Cámara de Diputados que “la maniobra es injusta y para nada ecuánime”. El plan “es una ley de cajeros que agarra el dinero donde está sin demandarse si no es lo único que tiene la persona al que se lo quita. Castiga al más débil”.
El duro plan de ajuste “es de una banalidad desarmante, podía haberlo hecho un contador de banco, no hacía falta un gobierno técnico de profesores”. Di Pietro lanzó su ultimátum: “Si nos imponen el voto de confianza para cortar toda discusión y la presentación de enmiendas, esta ley no la votamos”.
De hecho ello significa poner contra la pared al partido Democrático, y acentuar un revulsivo de polémicas internas ya en agitación en la principal fuerza de la centroizquierda. En la misma línea están el SEL de Niki Véndola, los verdes ecologistas y los pacifistas.
Di Pietro propone revisar a fondo en el Parlamento las medidas del plan y cambiar las más odiosas “manteniendo inalterados los saldos”, pero castigando hacia arriba, imponiendo tasas e impuestos a los más ricos.
Esta mañana el jefe de los Democráticos, Bersani, respondió duro a Di Pietro y puso el choque al borde de la ruptura entre las dos fuerzas principales de la sinistra. “A nosotros no nos interesa vencer sobre los escombros del país. Italia está primero que cualquier otra cosa y ante todo defendemos a los sectores más débiles”.
Di Pietro lanzó una seria acusación contra los ex comunistas, denunciando acuerdos bajo la mesa con Silvio Berlusconi y su partido PDL, que también sostiene al gobierno de Monti. Bersani respondió hoy que “si ésta es la posición de Di Pietro, es mejor que vaya por su propio camino”. El ex fiscal anticorrupción de Milán le volvió a contestar. “Me asombra la actitud intimidatoria y chantajista de Bersani, que está a años luz del país que sufre. Los italianos esperaban (del nuevo gobierno) medidas equitativas justas y no normas dictadas por los banqueros, especuladores y propietarios de la industria bélica”.
La reforma de las jubilaciones ha puesto en guerra a los sindicatos contra el gobierno. Las tres centrales obreras, en continuo litigio entre ellas, se han reunificado con la decisión de hacer el lunes una huelga de tres horas contra el Plan “Salva Italia” de Mario Monti, especialmente por los cambios en el sistema de jubilaciones y pensiones.
Una medida que Di Pietro y el mismo PD proponen cambiar es el congelamiento del ajuste anual de inflación de las jubilaciones. En el plan de Monti se salvan solo las pensiones hasta 964 euros. El cambio exigido es de llegar a 1400 euros y hasta 2000 euros mensuales, que forman la masa de los retiros de trabajadores y la clase media. Anoche, la ministra de Trabajo, Elsa Fornero, que estalló en lágrimas el domingo al anunciar este torniquete impopular contra los jubilados, dijo que se están buscando recursos para restaurar el reajuste anuales de las pensiones de acuerdo a la inflación.
Las fuerzas de la “sinistra” parlamentaria a la izquierda del partido Democrático ampliaron además sus críticas al plan. “Más jubilaciones, menos armamentos”, proponen los pacifistas. La IdV de Di Pietro reclamó fuertes recortes en los gastos militares. “Pedimos sacrificios enormes a los jubilados pero en el presupuesto están previstos gastos militares por más de 20 mil millones de euros para construir cuatro submarinos y dos fragatas. Y 131 cazabombarderos f-35 nos costarán 18 mil millones de euros. Todo ese dinero, puesto al servicio de la equidad social, nos solucionaría gran parte de los problemas abiertos”, concluyó Di Pietro.
EL DATO:
MONTI TUVO SU PRINMER PARO Y HUELGA