La comisión parlamentaria afgana que investigó el asesinato de 16 civiles, entre ellos mujeres y niños, cree que habría hasta 20 militares estadounidenses involucrados en el hecho y no uno, como asegura el Pentágono.
Mientras tanto, el único sospechoso ‘oficial’ fue evacuado rápidamente de Afganistán y alojado en Kuwait, donde evitará eventuales acciones de la justicia afgana. Su abogado, en tanto, lo describió como una persona «afable».
La comisión investigadora, compuesta por miembros del Parlamento afgano, se trasladó al lugar de la masacre que se produjo el domingo pasado en la provincia de Kandahar.
El grupo, que entrevistó a residentes locales y familiares de las víctimas, llegó a una conclusión que difiere de la versión dada por la OTAN que indicaba que un sargento estadounidense había disparado contra civiles para luego entregarse en la misma base de la que había salido.
«En la masacre […] participaron de 15 a 20 militares estadounidenses, que cometieron este asesinato brutal», aseguró el parlamentario de la provincia Kandahar, Jamidzay Lalay, quien integra la comisión que investiga la masacre.
Además, Lalay llamó a la ONU y a la comunidad internacional que aseguraran la posibilidad de que los asesinos sean juzgados en Afganistán. Además expresó su indignación por que uno de los supuestos asesinos ya fue sacado del país.
Un video que muestra, pero no prueba
Washington insiste en que la matanza fue perpetrada por un solo soldado. Para probarlo, EE. UU. suministró a las autoridades afganas un video donde aparece el militar.
La ‘prueba’ muestra a un hombre que se acerca a la base militar, se quita un pañuelo que llevaba en su cabeza, pone sus armas en el suelo y levanta sus manos, rindiéndose. Hasta el momento, sin embargo, no está claro cómo esas imágenes podrían desmentir las conclusiones de la comisión investigadora afgana.
¿Borracho o cansado?
Los motivos del sospechoso, cuyo nombre hasta ahora no fue revelado por razones de seguridad, tampoco quedan claros.
Su abogado John Henry Browne supone que la posible razón podría ser un trauma de combate, que se produjo un día antes de los asesinatos cuando un compañero del sargento perdió una pierna por el estallido de una mina antipersonal.
Sin embargo, fuentes militares aseguran que el hombre bajo sospecha abusó del alcohol, violando las normas militares, y sufrió de estrés causado por su cuarto despliegue y por problemas con su esposa. “Él simplemente se quebró”, concluye la fuente. Brown por su parte niega tales alegaciones.
También cabe mencionar que el presunto asesino, que ahora se halla en Kuwait, es una persona no deseada en ese país del Golfo Pérsico. Según fuentes del Ejército de EE. UU., las autoridades de Kuwait se indignaron al conocer por la prensa del traslado del sospechoso, ya que Washington no se lo comunicó oficialmente. Los medios estadounidenses indican que el sargento podría ser trasladado este viernes a EE.UU. donde sería sometido a juicio.
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