María Esther Labado, es Senadora por el FPV santacruceño y lleva el estigma de tener un apellido con fuertes connotaciones en este momento, más aún si se tiene en cuenta que es partidaria del gobierno nacional y férrea defensora de la espuria maniobra del oficialismo, para abrirle la frontera a los dineros sucios de cualquier extracción, aún de los más bajos fondos del crimen, que ayer se terminó de consumar y que ella refrendó en el Senado de la nación. Nosotros tratamos de interpretarla. (Por: Rubén Lasagno)
María Esther Labado está en el Senado representando al FPV santacruceño y fue una de las pocas legisladora, junto al diputado Metaza (FPV) y el Senador Pablo González (su mentor) que levantó la mano resorte a la hora de convalidar la ley de blanqueo de activos financieros o mejor representada como de lavado de dinero, que convierte a la Argentina en un gran paraíso fiscal, imán para todo tipo de capitales de procedencia espuria, con origen en el crimen, proyecto fundado en la necesidad de construir un instrumento salvador de la corrupción estatal que junto a sus amigos no saben dónde esconder la plata y necesitan reinsertarla en el circuito legal.
La diputada Blanca Blanco (PJ), el Senador Alfredo Matínez (UCR), la diputada Elsa Álvarez (UCR) y el diputado nacional Eduardo Costa (UCR) optaron por no cargar en sus carreras políticas con este karma y que los acusen de cómplices, razón por la cual emitieron su voto negativo a esta ley hecha a medida del gobierno, amigos y favorecedores.
Sin embargo, Esther Labado, a la cual el apellido no la ayuda en esta circunstancia, se sintió en la necesidad de “explicar” a quienes la pusieron allí, cuál es el punto de vista que la llevó a emitir un voto favorable, hacia una medida visiblemente reñida con la ética pública, injusta para el hombre apegado a las normas e inmoral por el marco en el que se la inserta, en medio de un escándalo de proporciones astronómicas, que tiene en el foco de la sospecha al gobierno nacional y a empresarios del poder.
Haciendo un uso intensivo de la falacia, Labado señaló que “se debe lograr que los dólares del colchón vayan a la inversión productiva”; evidentemente la legisladora hizo una sustitución de término y bajo el vocablo “colchón” debe leerse: bóvedas, cajas de seguridad en las mansiones y campos de la familia presidencial y de los empresarios K.
Dijo además “hay en la Argentina un antiguo y muy arraigado reflejo de ahorrar en dólares y en efectivo, que se explica por las décadas vividas de inestabilidad monetaria”.
La señora Senadora es de Caleta Olivia y sería bueno que le pregunte a los habitantes de su ciudad cuántos de ellos “ahorran en dólares” y tienen capacidad para endurecer sus colchones con el billete estadounidense, porque de alguna manera explicaría la forma en que mienten los empleados públicos cuando piden en el Gorosito que le aumenten los sueldos o cuando los trabajadores de las Cooperativas subsidiadas con el dinero oficial se juntan para protestar porque el Intendente Córdoba no les pagó los $ 1.800,00 que les prometió en campaña.
En otro giro dialéctico dijo “en la práctica, esto supone que recursos que deberían estar en la actividad económica normal, o sea en el giro de los negocios y del consumo, esté sustraído y en realidad esterilizado como instrumento de intercambio entre los actores productivos”.
La Senadora fue muy fina y delicada al referir cómo duerme la plata en las bóvedas de los amigos K y solo propone hacerla productiva. No es mala la propuesta, pero sería importante que la legisladora hablara con menos eufemismos y concretara la idea central, no mintiéndole a la gente que lee sus postulados básicos donde le reprocha al maestro, al empleado público y al obrero, que no está haciendo circular la plata y es una inmoralidad que la atesore sin devolverla al circuito productivo (¿)
En otro tramo de sus declaraciones dijo que “esta medida inteligente del gobierno, sancionada por el Congreso Nacional, es un procedimiento legislativo eficiente y rápido y debería despertar elogios. Sin embargo se desatan criticas cuando se inscriben dentro de la lucha ciega que desenvuelven los sectores que se oponen a todo cambio y todo avance para mejorar la economía argentina”.
La Senadora del apellido homómino a la ley aprobada está en lo cierto; el procedimiento legislativo fue eficiente y rápido, como todo aquello que le interesa legislar al gobierno para convalidar las trampas y los delitos cometidos desde el poder; por caso Ciccone, YPF, Aerolíneas, la reforma judicial etc. Sin embargo, Labado, nada dice de la necesidad de legislar y asignar fondos para lo que sí necesita la sociedad, como obras de infraestructura para que no se inunde medio Buenos Aires y mate un centenar de personas, inversión en los trenes para que no haya más cincuenta muertos o la quita del inmoral impuesto a las Ganancias en el sueldo de los trabajadores, mientras con la ley de lavado favorecen a los delincuentes, evasores y criminales de toda laya.
También Labado agregó “tenemos que movilizar nuestros recursos, crear trabajo, consolidar la mejora del nivel de vida que hemos logrado en esta década, y establecer un sistema solidario que sea compatible con el avance de la economía”. Tiene razón en esto la legisladora, solo tienen que hacerlo, pero es bueno que, al menos, lo haya reconocido.
Otra frase de antología disparada por la Senadora que nos vamos a ocupar de interpretar dice “los dólares que están en el colchón son una realidad, no un espejismo, y que de lo que se trata es de lograr que ayuden a financiar aquellos desafíos más grandes que son los de incentivar la construcción y de recuperar el autoabastecimiento de hidrocarburos y brindarles al mismo tiempo a sus dueños la garantía de que van a preservar e incrementar sus ahorros“.
La traducción de este párrafo sería: “los dólares que están en las bóvedas y las cajas fuertes de nuestros funcionarios, amigos empresarios e inclusive de la señora presidenta y sus cientos de empresas, son una realidad, no un espejismo y de lo que se trata es de lograr que nosotros les ayudemos a esconderlos en el circuito legal, que ayuden a financiar aquellos desafíos más grandes que son incentivar la construcción, de esa manera Lázaro Báez podrá volver a construir con sobreprecios y crecerá aún más el ahorro en Euros como los de Elaskar y Fariña, recuperar el autoabastecimiento de hidrocarburos, inyectándole a YPF capitales (no importa si del crimen o de dónde) dado que la empresa no logra conseguir un socio, porque nadie quiere invertir ni un dólar en el país y en una empresa prácticamente quebrada y brindarle al mismo tiempo a los dueños del dinero sucio que se incorpore al circuito del lavado, la seguridad de que tendrán impunidad al menos, el tiempo que nosotros estemos en el gobierno y podemos aprobar cualquier ley que se nos ocurra”.
Finalmente manifestó que “pertenece y representa a una provincia donde hay que continuar haciendo grandes esfuerzos para radicar inversiones y diversificar las actividades productivas, mejorando así los servicios del estado en salud, educación, seguridad y empleo”. Una gran verdad dijo al terminar su discurso, lástima que el FPVS hace más de 20 años gobierna y nada de esto se ha podido ver hasta ahora.
María Esther Labado, un apellido que es casi un anagrama de lo que trata de explicar por la vía del absurdo. Una verdadera sofista política.
Alguien a quien la gete de Santa Cruz deberá recordar la próxima vez que se postule a un cargo electivo.(Agencia OPI Santa Cruz)