El primer día un funcionario del municipio se acercó para relevar los daños, pero nunca más volvió, según los vecinos.
En el asentamiento viven más de 500 personas, la mayor parte niños.
En el lugar DIARIO HUARPE pudo constatar que los techos de algunos ranchos cedieron y que hay paredes a punto de caerse. También se apreció que las viviendas de emergencia que hace un par de años el municipio construyó y entregó a las familias del lugar, se llovieron.