Un estudio publicado a principios de este mes sobre una supuesta relación entre las vacunas y el autismo ha sido retirado del dominio público a la espera de más investigación, de acuerdo con Translational Neurodegeneration.
En una declaración en línea, la revista científica dijo que el documento había sido eliminado «debido a serias preocupaciones sobre la validez de sus conclusiones».
CNN se enteró del estudio cuando se envió un iReport sobre la publicación y la controversia que la rodea. iReport es una comunidad de noticias generadas por los usuarios de CNN.
Brian Hooker, autor del estudio e ingeniero bioquímico, descubrió que los niños afroamericanos que recibieron la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola, conocida como MMR, antes de los 24 meses de edad, eran más propensos a ser diagnosticados con autismo. Para llegar a esta conclusión, Hooker dijo que analizó el mismo conjunto de datos que fue la base de un estudio que realizaron los investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en 2004.
En 2004, los científicos del Programa Nacional de Inmunización de los CDC publicaron su estudio en la revista Pediatrics. Los investigadores compararon a 624 niños con autismo, comprendidos entre las edades de 3 a 10 años, con 1.824 niños con desarrollo saludable. Según el estudio, la mayoría de los niños fueron vacunados entre los 12 y 17 meses de edad, de acuerdo con las recomendaciones de vacunación.
Los autores del estudio del CDC no encontraron relación entre la edad en la que los niños recibieron su primera vacuna MMR y el diagnóstico de autismo. Tampoco encontraron un mayor riesgo estadísticamente significativo para un grupo racial en particular.
Cuando se publicó el estudio en 2004, los datos en bruto de los CDC estuvieron disponibles para que otros científicos los usaran. Hooker dijo que inició su investigación después de que William Thompson, uno de los autores originales del estudio, lo contactara en noviembre de 2013. Thompson es un científico senior de los CDC, donde ha trabajado desde 1998.
Hooker dijo que cree que el mayor riesgo que encontró para los niños afroamericanos no fue identificado en el estudio de los CDC porque los investigadores, entre ellos Thompson, deliberadamente limitaron el número de participantes que incluyeron en su análisis, el cual según él alteró los resultados. Hooker dijo que al excluir a los niños que no tenían certificado de nacimiento, los resultados del estudio de los CDC fueron sesgados.
«Lamento que mis coautores y yo omitiéramos información estadísticamente significativa en nuestro artículo de 2004», dijo Thompson en un comunicado que envió su abogado a CNN. «He tenido muchas conversaciones con el Dr. Brian Hooker durante los últimos 10 meses en relación a estudios que los CDC han llevado a cabo en relación con las vacunas y los resultados del desarrollo neurológico, incluidos los trastornos del espectro autista. Comparto su opinión de que la toma de decisiones y los análisis de los CDC deben ser transparentes».
Sin embargo, Thompson continuó diciendo que Hooker había grabado estas conversaciones sin su consentimiento, y que las había publicado en línea sin su conocimiento.
En una declaración enviada a CNN el lunes, los CDC dijeron que su estudio presentó los resultados de dos grupos de niños: los niños inicialmente reclutados para el estudio, y un subgrupo de niños que contaban con un certificado de nacimiento de Georgia.
«Tener acceso a la información de los certificados de nacimiento permitió que los investigadores evaluaran información más completa sobre la raza, así como otras características importantes», decía el comunicado de los CDC.
El Dr. Frank DeStefano, autor principal del estudio de 2004, dijo que él y sus colegas apoyan los hallazgos. DeStefano dijo que todos los autores del estudio, entre ellos Thompson, estuvieron de acuerdo con el análisis e interpretación antes que el estudio fuera enviado para su publicación hace 10 años. Sin embargo, dijo que planea revisar sus notas y decidirá si se debe realizar otro análisis de los datos.
Grupos como Focus Autism han dado a conocer el nuevo estudio de Hooker, el cual afirma que las vacunas han contribuido a la «epidemia actual de autismo y al aumento de las enfermedades crónicas en los niños». Hooker es un asesor científico de Focus Autism Foundation, que financió su estudio. Él también tiene un hijo de 16 años de edad con retrasos en el desarrollo, quien según afirma tiene «daño por vacunas».
El Dr. Max Wiznitzer, un neurólogo pediátrico de Rainbow Babies y del Hospital de Niños de Cleveland, dijo que el diseño del estudio de Hooker es cuestionable, y que su análisis «no está lo suficientemente afinado como para darte información significativa».
«Si analizas los datos las suficientes veces y de suficientes formas, quedas obligado a encontrar algo que es estadísticamente significativo», dijo Witznitzer, después de ver ambos estudios. «Esto no quiere decir que el resultado es un verdadero positivo (frente a un falso positivo) o significativo».
El debate sobre si los trastornos del espectro del autismo son causados por las vacunas comenzó cuando el investigador Andrew Wakefield publicó un estudio en 1998, que ya fue retirado, en The Lancet, el cual vinculaba a la vacuna MMR con el autismo.
La mayoría de los coautores de Wakefield retiraron sus nombres del estudio cuando se enteraron de que una firma de abogados que tenía la intención de demandar a los fabricantes de la mencionada vacuna había compensado a Wakefield. En 2010, Wakefield perdió su licencia médica. Y en 2011, The Lancet retiró el estudio luego que una investigación determinara que Wakefield había alterado o falsificado información sobre los 12 niños que fueron la base para la conclusión de su estudio.
Otros investigadores no han podido replicar los hallazgos de Wakefield. De hecho, varios estudios posteriores que tratan de reproducir los resultados no han encontrado ninguna relación entre las vacunas y el autismo, entre ellos varios exámenes realizados por el Instituto de Medicina. Más recientemente, un estudio publicado en Pediatrics el 1 de julio llegó a la conclusión de que las vacunas no causan trastornos del espectro autista.
Un editorial publicado con el estudio Pediatrics agregó que el debate debe dejarse de lado. Este análisis fue hecho por la Corporación RAND, a petición de la Agencia para la Investigación y Calidad, y afirma ser el análisis más exhaustivo sobre la seguridad de las vacunas.
«Quiero ser absolutamente claro respecto a que creo que las vacunas han salvado y continuarán salvando innumerables vidas», dijo Thompson en su declaración. «Nunca sugeriría que los padres eviten vacunar a los niños de alguna raza».
Aunque la causa del autismo no se conoce, varios estudios indican que se inicia en el útero, mucho antes de que un niño reciba la vacuna MMR o alguna otra vacuna. Como tal, DeStefano y otros expertos en la materia han dicho que biológicamente es inverosímil que las vacunas causen autismo.
«Sabemos que el cerebro y las funciones celulares de los niños empiezan cuando el niño aún está en el útero. El cerebro ya está desarrollando las conexiones que se manifestarán en el autismo», dijo DeStefano.
Hooker dijo que sus resultados plantean más preguntas que respuestas, y señalaron la necesidad de realizar estudios adicionales.
El grupo de defensa Autism Speaks, el cual se negó a comentar sobre el estudio de Hooker, refirió a CNN a su declaración «Las vacunas y el autismo», que dice:
«Animamos enérgicamente a los padres a vacunar a sus hijos para protegerlos contra enfermedades graves. Admitimos que algunos padres todavía tienen preocupaciones acerca de las vacunas, sobre todo si tienen un hijo o un familiar con autismo. Los instamos a buscar a un profesional de la salud que pueda tomar en cuenta sus preocupaciones y les ayude a garantizar el bienestar de sus hijos».