«No les vamos a dar entidad a las denuncias de faltantes de caramelos Media Hora», bromearon en el equipo del secretario de Comercio, Augusto Costa. Las palabras, recitadas en un almuerzo que ayer mantuvo el funcionario con las principales empresas alimentarias del país, buscaron minimizar una advertencia del sector: si se mantienen las trabas para importar insumos clave para la producción local, podrían faltar alimentos en las góndolas.
La respuesta del Gobierno tuvo nombre de mujer. Ante los empresarios, Costa presentó a Simona. El Sistema de Monitoreo de Abastecimiento de bienes e insumos -dijo- funcionará como un sistema de alerta temprana. «Con esto buscan que no vuelva a pasar lo de la corrida de tampones y que se enteren antes los diarios que ellos», graficó un ejecutivo del rubro alimentario.
En el encuentro de ayer, que se hizo en la sede de la Coordinadora de las Industria de Productos Alimenticios (Copal), las empresas presentaron un informe en el que reflejaron la caída de las importaciones del sector (8%) en el año pasado. Así sumaron 1364 millones de dólares.
Además, la Copal reclamó por los «problemas de competitividad» que sufren las economías regionales (entre las más complicadas, citaron las industrias de las conservas y las legumbres). En 2014 cayeron las ventas al exterior de vinos (4,4%), peras (9,2%), manzanas (11,6%), dulces y mermeladas (19,5%), jugos (26%), aceitunas (31%), uvas (33,7%), aceite de oliva (43,3%) y conservas de frutas (60,6%). Los presentes en la reunión con Costa creen que el Gobierno mantendrá «hasta el final» su estrategia de apreciación cambiaria, por lo que reclamaron una mejora en los reintegros, disminución de retenciones y más financiación.
Los empresarios pidieron, por otro lado, «estar presentes» en las negociaciones con China, situación que días atrás produjo tensión entre la Unión Industrial Argentina (UIA) y la presidenta Cristina Kirchner. «Este gobierno tiene una fuerte vocación industrialista», dijo Costa para dar tranquilidad, según reconstruyó LA NACION.
Consultadas por LA NACION, en varias empresas afirmaron que en la actualidad no hay desabastecimiento de productos, pero afirmaron que tienen problemas para acceder a las declaraciones juradas anticipadas (DJAI) y, luego de aprobadas, a la provisión de divisas para comprar insumos en el exterior.
Los problemas que provocan las restricciones oficiales van desde los más elementales (la imposibilidad de las compañías de hacer estimaciones de acuerdo con sus estrategias de negocio) hasta aquellos que complican sus operaciones (una creciente deuda en dólares con proveedores externos que genera frenos en los embarques de materia prima para producir en el país).
Como ejemplo, entre diciembre y enero faltó café -insumo que se importa en su totalidad- para producirlo en la Argentina. Lo mismo pasa con el cacao para el chocolate o los colorantes y saborizantes para jugos en sobrecitos, contaron.
La situación podría afectar el abastecimiento de productos importados, a pesar de que tienen una baja incidencia en góndola (representan sólo 3% del surtido total).
«A veces las DJAI se tramitan normalmente y aparecen problemas con el Banco Central», afirmó Daniel Funes de Rioja, presidente de Copal. «Esto puede producir inconvenientes en la importación de maquinarias e insumos y generar problemas de aprovisionamiento», agregó uno de los vicepresidentes de la UIA. Funes de Rioja afirmó que la reunión había formado parte de la «agenda permanente» que mantienen con la gestión económica del Gobierno, entre otras cosas para tratar la «administración de precios» de los alimentos en Precios Cuidados.
fuente LA NACIÓN