Raúl Hernández, profesor de Historia y reconocido investigador de la problemática hídrica de La Pampa, dijo que la inauguración del dique Punta Negra, en San Juan, es el corolario de un proceso que la provincia cuyana lleva adelante hace varios años. “Nos robaron otro río”, se lamentó. Sin decirlo, comparó la situación del Salado con la del Atuel, robado por Mendoza a La Pampa hace varios años.
El profesional recordó que la primera obra realizada sobre el río San Juan fue la represa Ullum, un pequeño dique inaugurado durante la última dictadura militar. Luego, en 2008, le siguió Los Caracoles, cuyo embalse fue llenado hace dos años. “En esencia, buscan evitar que salga la menor cantidad de agua hacia Las Lagunas de Guanacache y el río Desaguadero-Salado”, le comentó Hernández a Diario Textual.
A su entender, el disparador de estas obras fue la necesidad del agua a partir del desembarco de empresas mineras, que entraron en tirantez con los vitivinicultores por el uso del recurso. “La construcción de estos dos grandes reservorios, con paredones de unos setenta metros de altura, significa que será muy poca la cantidad de agua que escurrirá río abajo, afectando claramente los intereses de La Pampa”, aseguró.
En un contexto histórico, recordó que los problemas comenzaron en 1976 cuando se interrumpió una serie de tratativas encabezadas por el ex gobernador José Aquiles Regazzoli, que incluso habían llegado a buen término con Catamarca y San Luis en la lucha por el Salado. “Luego del golpe de Estado se cambiaron las políticas hídricas y también las relaciones interprovinciales”, indicó el especialista, que hasta hace unos años se desempeñaba en la secretaría de Recursos Hídricos.
Resaltó que el río San Juan, pese a que las autoridades sanjuaninas lo niegan, es el principal afluente del Salado. Detalló que aguas arriba tiene una escorrentía promedio de 62 m3/s, pero un caudal sensiblemente menor luego de pasar por la represas. “Como están dadas las cosas, nos vamos a quedar sin el Salado. Hace unos siete años ingresaba a la provincia con un promedio de unos 15 m3/s, con crecientes de 35 m3/s, pero desde el año pasado su cauce es de 1 m3/s”, comparó.
La salinización es una de las consecuencias de la disminución de su caudal. “Cuando corre con normalidad, el tenor salino es de hasta 7 mg por litro. Pero ahora tiene más de 100 gramos de sal por litro: no hay organismo que lo soporte. Cualquier animal que abreve ese agua moriría a los pocos minutos porque su sistema digestivo no lo podría tolerar”, alertó.
Hernández, finalmente, consideró “muy bien” que nuestra provincia inicie acciones legales contra San Juan, como oportunamente informó este diario. “El gobierno sanjuanino, a través de su mandatario José Luis Gioja, tiene la misma postura que Mendoza. Porque se encuentran aguas arriba creen que tienen derechos adquiridos y pretenden disponer libremente del agua en desmedro de las provincias de aguas abajo”, concluyó.