LA PLATA.- Los hermanos Cristian y Martín Lanatta y Víctor Schillaci, condenados a prisión perpetua por el triple crimen de General Rodríguez, vinculado con el tráfico de efedrina, se escaparon ayer a la madrugada de la Unidad Penal N° 30, de General Alvear y sacudieron al gobierno nacional y a la administración provincial.
Por eso, la gobernadora, María Eugenia Vidal, removió a los jefes de la cárcel y a la cúpula del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y ofreció una recompensa de $ 2.000.000 por información sobre el paradero de los delincuentes.
La fuga causó conmoción y despertó sospechas en la oposición y en el oficialismo sobre eventuales motivaciones políticas. En la Casa Rosada ven con preocupación el tema y no descartan «un mensaje mafioso». Cerca de Vidal acusan de complicidad a los funcionarios del SPB.
El triple homicidio de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, ocurrido en agosto de 2008, alteró la última campaña bonaerense cuando Martín Lanatta vinculó al candidato a gobernador del FPV, Aníbal Fernández, con el narcotráfico.
En el expediente, sin embargo, no existen indicios contra Fernández por la acusación de Lanatta.
«Es muy sugerente, justo estos tipos se vienen a escapar… tenían precintos, uniformes o ropa muy parecida, dejaron un arma de juguete y no se sabe si tenían alguna de verdad… es raro», dijo a LA NACION una fuente del gabinete de Vidal
Según se pudo reconstruir de fuentes de la policía y de la gobernación, los tres detenidos se escaparon cerca de las 2.30, tras reducir y maniatar a dos guardias. Luego llegaron al puesto 1, redujeron a otro guardia y lo tomaron como rehén. Con él fueron hasta el barrio Villa Belgrano, donde se apearon. Dejaron al agente dentro del auto y un arma de juguete (ver aparte). La causa quedó a cargo del fiscal Cristian Citterio y el juez de Garantías N° 3 de Azul, Federico Barberena.
Anoche, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, se habían reunido para coordinar las tareas de búsqueda de los prófugos. «El narcotráfico deja mensajes todo el tiempo, pero no nos van a amedrentar. Será una lucha frontal», dijo Bullrich. En tanto Ritondo añadió: «Estamos trabajando con fuerzas federales para capturar a los prófugos. Creemos que el narcotráfico tiene fuerzas de producción propia y penetra en el Estado». Hoy habrá una reunión del comité federal de emergencia en la Casa Rosada para abordar este tema, entre otros.
Un allegado a Ritondo comentó ayer: «La semana pasada, el SPB les sacó la custodia especial a estos presos, y ayer quizá demoraron en denunciar la fuga. Ahora hay 600 efectivos de la provincia y las fuerzas nacionales trabajando en la búsqueda… esperemos que no se hayan escapado en avión».
Cerca de Vidal gravita una pesada sospecha: la eventual complicidad de agentes del SPB para favorecer la fuga. En las últimas semanas, funcionarios del nuevo gobierno hicieron una serie de inspecciones en cárceles en las que descubrieron severas anomalías y posibles casos de corrupción. Fue después de estas inspecciones que la mandataria decidió enviar a la Legislatura una ley de emergencia penitenciaria, para que se apruebe entre mañana y pasado, junto con otras normas que considera cruciales, como las emergencias en seguridad y en infraestructura, el presupuesto y la ley impositiva.
Esas inspecciones y la posterior redacción de la emergencia ¿tendrán algo que ver con la fuga?, se preguntan en el gobierno de Vidal. Aún no tienen la respuesta. Lo cierto es que ayer fue desplazada la jefa del SPB, Florencia Piermarini. La mujer había presentado la renuncia el 23 de diciembre, pero «no fue aceptada para que el SPB no quedara acéfalo», dijo un vocero de Vidal. Finalmente, ayer se dispuso que fuera reemplazada por Fernando Díaz, subjefe del Servicio Penitenciario Nacional.
Más desplazamientos
También fue desplazada la plana mayor: los directores generales de Coordinación, Claudio Cardo; de Asistencia y Tratamiento, Carlos Russo; de Seguridad, Marcelo Rotger; de Instituto, Gabriel De Murtas, y el subdirector general de Recursos Humanos, Alberto Páez. Además, fueron removidos el director y el subdirector de la cárcel de Alvear: Manuel Guevara y Ariel Elichelibeti, respectivamente.
No sólo el gobierno provincial y la Casa Rosada temen oscuras intenciones políticas detrás de la fuga. La diputada y presidenta del GEN, Margarita Stolbizer, escribió en su cuenta de Facebook: «La fuga de los hermanos Lanatta es escandalosa. Muestra fragilidad y complicidad. Pero por sobre todo envía un mensaje mafioso al nuevo gobierno. No es fácil y las luces de los festejos no estarán prendidas para siempre. Los involucrados en episodios de narcotráfico y corrupción durante los últimos años no se andan con chiquitas. Y este golpe lo muestra de manera brutal. Hay información por detrás de lo que se sabe», dijo.
También se expresaron dirigentes del Frente Renovador, como Walter Martello, quien dijo que hay que investigar «las posibles incitaciones políticas a esta fuga, que no ha sido planeada de un día para otro, y las conexiones y resabios de los operadores de la pasada etapa sciolista con el Servicio Penitenciario».
El kirchnerismo, por su parte, también alimentó las teorías conspirativas. Anoche, Aníbal Fernández no descartó que la fuga esté relacionada con la denuncia periodística que, juzgó él, determinó su derrota electoral. «Que cada uno saque sus propias conclusiones. No voy a cambiar mi manera de vivir porque se hayan fugado estos personajes. Ando solo», dijo.
La ex legisladora porteña de Nuevo Encuentro Gabriela Cerruti fue más explícita. Escribió en Facebook: «Ahora sabemos cuál era el precio real que habían acordado los Lanatta por hacer su denuncia falsa contra Aníbal Fernández en el programa de Lanata», escribió.
fuente LA NACIÓN