CÓRDOBA.- El año arrancó complicado para las automotrices. Las plantas de Fiat Auto y Volkswagen instaladas en esta provincia registran suspensiones de personal, principalmente por la caída de la demanda de Brasil. Por ahora no hay precisiones de cuándo volverán a normalizar su producción.
En el caso de Volkswagen, hoy se reinician las suspensiones que, al igual que el año pasado, alcanzan a operarios de la línea que fabrica cajas de velocidad para Brasil, la llamada MQ 200. Según confirmó la empresa a LA NACION, aplicará un esquema rotativo que abarca a 130 trabajadores por semana.
Los trabajadores cobrarán el 75% de sus haberes conforme al acuerdo firmado con el Sindicato Único de Trabajadores Mecánicos (Smata), que extiende la modalidad de suspensiones rotativas hasta fines de abril.
En la MQ200 (A y B) trabajan alrededor de 500 de los 1780 trabajadores que la compañía tiene en Córdoba, y ya el año pasado varias veces la producción se frenó por la baja de los pedidos de Brasil.
Algunos pedidos puntuales desde Volkswagen China (el último, en octubre, fue de 9000 cajas, mientras que en todo 2015 se solicitaron unas 100.000) le quitaron presión a la paralización del proceso industrial. Desde la empresa aclararon que no se trataba de una demanda continua y que «siempre se trabaja para garantizar» nuevas colocaciones.
La planta cordobesa -que tiene categoría de proveedora mundial- cerró 2015 con una producción de 770.000 cajas de velocidad; abastece a cerca del 9% del total de unidades que Volkswagen produce en el mundo.
Las instalaciones de San Carlos tienen capacidad para producir cinco millones de cajas anuales; en el pico de actividad se usó la mitad de ese potencial. El 85% de lo que se fabrica en Córdoba tiene como destino las terminales de Curitiba, Anchieta y Taubaté, en Brasil. Los cerca de 1250 empleados de la MQ250 -cuya línea de armado se modernizó- regresarán de vacaciones con un cronograma de trabajo normal; son los que producen para el mercado no brasileño. «Es ese sector el que está sosteniendo el ritmo», aclararon desde Smata.
Leonardo Almada, vocero del sindicato, señaló que hay «mucha preocupación» y que están trabajando en la búsqueda de que las suspensiones «tengan el menor impacto posible, que afecten a la menor cantidad de gente posible. Se eliminó uno de los cuatro turnos para repartir el parate».
En el caso de Fiat, el panorama no mejora respecto del año pasado. Desde entonces, la actividad registra paralizaciones. Según Smata, la planta de Ferreyra suspende a unos 200 trabajadores, quienes perciben el 75% del salario. En los sectores de Montaje y Pintura sólo se trabaja en el turno mañana; sólo el de Chapa cubre también la tarde, aunque con menos gente. El área corta la actividad cuando alcanza las 350 unidades diarias.
LA NACION consultó a la empresa sobre los datos aportados por el sindicato. «No hay comunicados por estos temas», fue la respuesta oficial. La empresa todavía no oficializó el anuncio de la inversión de unos US$ 650 millones para producir dos nuevos modelos en Córdoba que su presidente, Cristiano Rattazzi, adelantó en los primeros días de diciembre.
La fábrica de Renault en Santa Isabel trabaja con normalidad. «Tienen la expectativa de los nuevos modelos y van acomodando a la gente», afirmó Almada en referencia a la inversión de US$ 600 millones para la producción de tres tipos de pick-ups.
«No hay visos de solución de la crisis en Brasil y, en ese contexto, se caen los programas de producción -apuntó Almada respecto de las terminales en general-. Intentamos nuevos sistemas de trabajo, modificaciones de horario, pero si la demanda brasileña no levanta, son sólo remiendos».
En enero el patentamiento de vehículos cayó en Brasil 38,8% interanual. Ese mes, la producción de autos en la Argentina se contrajo 30,6% y las exportaciones cayeron 49%.
Claves de un sector que no logra repuntar
Hasta fines del año pasado, las principales preocupaciones de la industria automotriz eran el cupo limitado de dólares para importar insumos y el impuesto a los autos de alta gama
El nuevo gobierno eliminó las DJAI y el cupo para acceder al dólar, y redujo el impuesto interno, pero la crisis de Brasil, principal socio comercial, empeoró. Datos oficiales estiman que las exportaciones cayeron alrededor de 40% y que la industria brasileña tiene una capacidad ociosa del 50%
En ese contexto, las terminales locales comenzaron a reducir la producción y a suspender trabajadores
El jueves próximo llegará la primera misión brasileña para comenzar a renegociar el acuerdo automotor entre ambos países, que vencerá el próximo 30 de junio.
fuente LA NACIÓN