Resignado ante un escenario que se anticipaba adverso, con el oficialismo favoreciendo la intención del kirchnerismo de aprobar la ley antidespidos tal como salió del Senado, el massismo se preparaba anoche para salir a marcar las incongruencias en el discurso de Cambiemos, explotar la tesis de que el presidente Mauricio Macri gobierna «para las grandes empresas», y postularse como paladines de la defensa de las pymes.
«Es muy raro. Será tarea del oficialismo explicar por qué se abstienen en la votación cuando presentaron un dictamen que rechaza la ley», advirtió Sergio Massa por la tarde, segundos después de que el presidente del bloque de Cambiemos, Mario Negri, anticipara esa movida, que daría pie a que el kirchnerismo consiguiera el número para aprobar la ley. Si se daba ese escenario esta madrugada, los massistas se preparaban para apoyar también la norma surgida del Senado.
Lo que Massa dijo después dejó en claro su bronca ante la jugada de Cambiemos. «Será también tarea del oficialismo explicar por qué no quisieron tratar el desafuero de [Julio] De Vido», agregó, en alusión al permiso que necesita la Justicia para allanar una de las propiedades del ex ministro de Planificación.
Massa no se detuvo ahí, y apuntó a Mauricio Macri. «Llegó el tiempo que el Gobierno ponga plata para ayudar a las pymes, como puso para ayudar a las mineras», dijo, para pedirle al Presidente que no piense la ley antidespidos en función de la «politiquería berreta», sino «en esos miles de argentinos que necesitan que el Estado los cuide». Fue una chicana para responder a otra: cuando Macri lo acusó de «ventajero».
El massismo esperaba aprobar su dictamen, que a la emergencia laboral le sumaba un plan de beneficios impositivos a las pymes que contrataran a menores de 25 años y mayores de 50. Contaba con la certeza de que iba a ser una ley mucho más difícil de vetar para Macri.
fuente LA NACIÓN