Isela Costantini dio la orden apenas se acomodó en su oficina de Aeroparque: achicar por lo menos un 30% los gastos de todas las áreas no relacionados con tareas operativas. Meses más tarde, su equipo inició una intensa negociación con los dueños de tarjetas de crédito y débito para recortar las comisiones que le cobraban a Aerolíneas Argentinas, muy por encima de lo que debían desembolsar sus competidores.
Pese a los esfuerzos, la línea aérea de bandera está en las vísperas de agotar todos los recursos que tenía previsto girarle el Estado este año y requerirá en los próximos meses de un nuevo auxilio del Gobierno para sostener su actividad diaria. Así lo muestran los números del Ministerio de Hacienda. De acuerdo con los últimos datos, Aerolíneas utilizó $ 3288,47 millones de los $ 4223,96 millones disponibles para este año; es decir, el 78%.
Dicho en otros términos, la compañía que maneja Costantini empleó a razón de 3 de cada 4 pesos presupuestados para este año, cuando sólo pasaron seis meses y medio de 2016. En la jerga de la contabilidad del Estado, se dice que sobreejecutó su presupuesto, es decir, lo empleó de una manera más rápida de lo que sugiere su uso cronológico. Por ese motivo requerirá más subsidios.
Tanto la Casa Rosada como la gerencia de la compañía están al tanto de la situación. Por pedido del Gobierno, la firma analiza alternativas para bajar el déficit, aunque todavía no tomó las decisiones más importantes.
Frente a este escenario, la conducción de Aerolíneas está evaluando opciones que van desde el financiamiento con lessors (empresas que proveen aviones bajo el sistema de leasing) y con bancos, hasta una alternativa más riesgosa, como la eventual venta y el denominado sales and lease back, que consiste en vender naves para luego alquilarlas y disponer de fondos líquidos, según explicó la empresa ante la consulta de LA NACION. Es una idea que no termina de convencer, porque podría ser leída de forma negativa en la arena política.
Al tope de la lista
La línea aérea usó sus recursos mucho más rápido que casi todos los demás organismos o programas del Estado. Por caso, las partidas destinadas a cubrir los subsidios a la energía se emplearon en un 72%, mientras que las que atienden al transporte terrestre y a los trenes se usaron en un 57% y en un 26%, en casa caso.
En parte, la contabilidad de Aerolíneas Argentinas responde a la herencia, en dos sentidos. Por un lado, la gestión de Cambiemos encontró la empresa con un déficit operativo muy importante. Pero también con una estimación de gastos lejana a la realidad, debido a que el presupuesto de este año lo hizo el gobierno de Cristina Kirchner, que solía utilizar esa clase de prácticas.
El crédito vigente de Aerolíneas quedará más estrecho a partir de octubre, cuando se lleven a cabo las negociaciones paritarias de todos los gremios que conviven en el sector de aeronavegación.
A esta altura del año pasado, la gestión de Mariano Recalde había utilizado $ 3079,64 millones, 67% de los $ 4544,9 millones que contemplaba su presupuesto original. Aunque el uso de los recursos era cronológicamente menor al actual, es un punto a favor de Costantini, dado que la devaluación de diciembre del año pasado hizo que los pesos que recibe la línea aérea valgan hoy menos, por caso, al momento de saldar deudas fuera del país y comprar combustible, ambos ítems dolarizados.
El gasto real de 2015 fue de $ 5233 millones. Si la gestión de Costantini llega a empatar esa marca el último mes de este año, podrá decir que disminuyó en términos reales la dependencia del Estado. No está claro de todas maneras que eso ocurra.
Según la empresa, logró hasta ahora un ahorro de más del 60% de la estimación inicial del déficit financiero para 2016 (la estimación original del Gobierno fue de $ 15.000 millones).
Recorte de gastos
En los primeros seis mes del año, Costantini y su equipo pusieron en marcha un proceso de reducción de gastos en áreas clave de la empresa. Entre ellos, se cuentan recortes en la inversión publicitaria y comercial, que le reportaron un ahorro de unos US$ 90 millones al año, según la información que envió al Congreso la Jefatura de Gabinete, que dirige Marcos Peña. Allí también se cuentan menores erogaciones por el pago de comisiones de agencias y la reducción de intereses en pagos con tarjetas de crédito.
Incluso armó «talleres de concientización a todos los empleados acerca de la situación financiera, haciendo foco en la mejora de procesos, la sustentabilidad, la detección de nuevos negocios, las reducciones de costos y el incremento de ingresos».
Fuentes de la empresa, además, agregaron que a medida que pasan los meses su management encuentra nuevas alternativas para reducir costos.
Pese a las pérdidas crónicas de Aerolíneas Argentinas, la administración de Mauricio Macri observa su contabilidad con una mirada más calma que la que echó sobre otros números de la economía. Sucede que, pese a que envuelve subsidios millonarios, implican una porción menor de las transferencias que hace el Estado a toda la economía.
Un funcionario de trato cotidiano con el Presidente lo puso hace unos días en estos términos: el Gobierno redujo en aproximadamente $ 78.000 millones el gasto en subsidios con los aumentos que dispuso en el primer semestre sobre el agua, el gas, la electricidad y el transporte. Si se lo compara con ese número, la cifra comprometida hasta ahora en la compañía aérea es menor, dado que se lleva poco más de un 5%.
fuente LA NACIÒN