Luego del impacto político de los fallos adversos y el cacerolazo por la suba de tarifas del gas, el gobierno de Mauricio Macri le dio ayer impulso al debate interno de un «plan productivo» para reactivar la economía, la industria, las pymes, la obra pública y los servicios, dirigido a crear empleo de calidad en el sector privado.
Mientras el jefe del Gabinete, Marcos Peña , dijo en Tecnópolis que los usuarios no deben pagar las facturas con aumentos hasta que la Corte Suprema se expida sobre el tema, en la Casa Rosada se reunió el gabinete económico con el Presidente. En medio de un cuadro social delicado, se busca generar medidas dirigidas a que el Gobierno retome la iniciativa.
Por ahora están sólo los títulos del plan. Hubo un pedido de total hermetismo. Según confiaron en Balcarce 50 a LA NACION, no será anunciado como un paquete sino con sucesivas resoluciones.
En el Salón Norte de la Casa Rosada, encabezaron el encuentro los vicejefes de gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. No estuvo el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay , pero sí el viceministro, Pedro Lacoste. Además, estuvieron los ministros de Producción, Francisco Cabrera; de Energía, Juan José Aranguren ; de Comunicaciones, Oscar Aguad; de Transportes, Guillermo Dietrich; de Trabajo, Jorge Triaca, y de Turismo, Gustavo Santos, y el presidente del Banco Central, Federico Surzenegger.
No se habló del tema tarifas. Pero la preocupación por el impacto político que tuvo el cacerolazo y el fallo judicial adverso sobrevuela todas las reuniones de ministros. Según un ministro que participó, «se esbozaron premisas a desarrollar, propuestas de coordinación, estrategias y objetivos».
Un allegado a Macri confió a LA NACION que «el objetivo central del ?plan productivo’ es generar empleo de calidad en el sector privado». Los ejes son acelerar el crecimiento de la economía, hoy estancada; acelerar la ejecución de las obras públicas, y resolver los cuellos de botella de competitividad de todos los sectores de la economía.
Esto último comprende proyectos de ley, coordinación con los sectores, abrir más mercados, negociaciones internacionales, resolver trabas burocráticas y diálogo con los sindicatos. También está el objetivo de bajar la inflación, resolver problemas de tarifas para las pymes electrointensivas, cuestiones impositivas y medidas para mejorar el acceso al crédito y el consumo, como el Ahora 12 y el plan de celulares 4G.
«Faltan medidas», señaló ayer un funcionario. Hay quienes consideran que Macri se confió en que al levantar el cepo cambiario, acordar con los holdouts y aumentar las tarifas, las inversiones y el crédito internacional iban a fluir de manera acelerada. Si bien existe interés en el exterior, las decisiones son más lentas de lo esperado.
Por ello algunos funcionarios consideran que Macri subestimó en un principio la importancia de acelerar la obra pública. Se tomó mucho tiempo en revisar cada contrato y ahora las apura porque pasó a ser una de las grandes apuestas de reactivación, junto con el blanqueo de capitales.
fuente LA NACIÒN