Ocurrió tres días después de su primer procesamiento y un mes y medio antes de que todos sus bienes quedaran inhibidos. El lunes 16 de mayo pasado, Cristina Kirchner cedió a sus hijos inmuebles que formaban parte de su patrimonio. Lo hizo en medio de sus visitas a Buenos Aires y cuando el frente judicial en su contra avanzaba sin pausa. Así surge de por lo menos tres informes de dominio del registro oficial de Santa Cruz a los que accedió LA NACION.
La ex presidenta mencionó la cesión de bienes a Máximo y Florencia Kirchner en uno de los descargos que hizo este año a través de Facebook. «El 50% de los activos financieros, los bienes muebles y los inmuebles que me correspondieran en concepto de bienes gananciales en la sucesión de Néstor Carlos Kirchner fueron cedidos legítima y legalmente a mis hijos, dentro del expediente sucesorio», dijo.
Hace unos días, la diputada Margarita Stolbizer presentó un escrito en la Justicia en el que acusó a la ex presidenta de «insolvencia fraudulenta», es decir, de desprenderse de sus activos para preservar su patrimonio de medidas judiciales. Ahora se conoce la fecha en la que, por lo menos tres de esas propiedades fueron registradas a nombre de los hijos: fue en la tercera semana de mayo, mientras Cristina apelaba el procesamiento que había ordenado el juez Claudio Bonadio en la causa del dólar futuro. Los documentos a los que accedió LA NACION también muestran que hubo inconsistencias en las declaraciones juradas de los Kirchner: hay inmuebles que fueron declarados como propiedad de Néstor, pero que siempre estuvieron a nombre de Cristina
La información surgió luego de que LA NACION accedió a la nomenclatura catastral de inmuebles de los Kirchner y solicitó información al Registro de la Propiedad Inmueble de Santa Cruz. Este organismo dio como respuesta informes de dominio sobre tres terrenos.
El primero de los informes está referido a un predio de 4,4 hectáreas en El Calafate (de nominación catastral «fracción CLIX») que los Kirchner compraron en 2007 por $ 264.638, es decir, a $ 6 el metro cuadrado. En el Registro de la Propiedad Inmueble el primer asiento de esa propiedad indica que el lote fue adquirido a nombre de Cristina Kirchner, a pesar de que en las declaraciones juradas siempre fue declarado como de Néstor (y desde 2011, como «herencia»). El asiento N° 2 es el de mayo de este año: allí se registra el 50% del lote a nombre de Máximo y el otro 50%, a nombre de Florencia. Y se agrega: «Inscripción de inmueble por adjudicación en sucesión: autos caratulados Kirchner Néstor Carlos s/ sucesión».
El segundo de los documentos es sobre una parcela de 1,8 hectáreas, la «manzana 192 B», también en El Calafate. En este caso es Néstor Kirchner quien figura como comprador inicial, en 2007. Lo adquirió por $ 136.935, es decir, a $ 7,5 el metro cuadrado, el valor fiscal de la tierra en Santa Cruz en aquel momento. Fue parte de la compra de más de 200.000 metros cuadrados que los Kirchner realizaron en la década pasada.
En este inmueble, Cristina nunca llegó a figurar como titular en el Registro de la Propiedad: el primer asiento es de 2007 y el siguiente es recién de mayo de este año, cuando fue anotado a nombre de los dos ex hijos presidenciales en partes iguales.
El último informe de dominio es sobre un predio de 3,6 hectáreas que fue inscripto a nombre de Cristina Kirchner en febrero de 2007, cuando aún era primera dama. El último asiento se registró el 16 de mayo de 2016, cuando se inscribe la titularidad de predio a nombre de Máximo y Florencia Kirchner.
Se trata de la «quinta 10 A», adquirida a 150.000 pesos. Sobre ese lote fue ampliado el hotel boutique Los Sauces, un complejo que mantiene la fachada típica de casa de campo patagónica, aunque en su interior guarda una decoración temática y refinada y suites distribuidas en cuidados jardines internos.
En este último caso, de nuevo aparece una contradicción con las declaraciones juradas: a la Oficina Anticorrupción el ex matrimonio presidencial le informó que la «quinta 10 A» pertenecía a Néstor Kirchner y no a su esposa, como figura en los registros oficiales.
La herencia
Según se desprende de los documentos oficiales a los que accedió LA NACION, Cristina nunca llegó a registrar el 50% de esos inmuebles en los seis años que transcurrieron desde la muerte del ex presidente. Abogados consultados por este medio explicaron que en todas las sucesiones, cuando los bienes de uno u otro cónyuge son gananciales (es decir, adquiridos durante el matrimonio), los jueces ordenan inscribirlos «en la proporción que marca la ley». Esta composición significa un 50% para el cónyuge superviviente y el otro 50% para los hijos en partes iguales.
Con estos porcentajes, de hecho, fue que Cristina informó los bienes heredados en sus declaraciones juradas a partir de 2011. También Máximo declaró un 25% de los activos que eran de su padre en sus presentaciones como diputado nacional. Los documentos muestran, sin embargo, que nunca llegaron a ser inscriptos de este modo ante el Registro de la Propiedad Inmueble.
Según fuentes especializadas, los Kirchner pudieron haber realizado este año un «adelanto de herencia» y un «acuerdo privado de partición de bienes», con lo que quedaron las propiedades en titularidad de los hijos. La inscripción oficial fue realizada pasados más de cinco años de la muerte del ex mandatario y a pocas semanas de que se dispuso la inhibición de bienes de Cristina Kirchner.
Alerta en la Justicia
La cesión de inmuebles no fue el único movimiento que hizo Cristina Kirchner este año. También le transfirió el dinero de sus plazos fijos a Florencia Kirchner. Son los US$ 5,6 millones que fueron encontrados en una caja de seguridad y en una caja de ahorro en el Banco Galicia y que quedaron embargados por el juez Julián Ercolini en la causa Hotesur.
Cristina reconoció que dolarizó esos fondos y se los cedió a su hija a principios de año. Pero la Justicia ya advirtió que esto puede significar un intento de la ex presidenta de insolventarse.
El fiscal Gerardo Pollicita, que interviene en Hotesur, alertó en ese entonces acerca de presuntas pruebas que mostrarían que la ex presidenta quiso sustraer los fondos del control de la Justicia y que, para eso, se los traspasó a su heredera. «Resulta determinante la fecha de apertura de las cajas de seguridad a nombre de Florencia Kirchner -3 de marzo de 2016-, esto es sólo cuatro días hábiles posteriores a que su madre fuera convocada por el juez Bonadio a prestar declaración indagatoria en la causa dólar futuro», dijo en su resolución el fiscal.
Ahora se conoce que el desprendimiento de bienes inmuebles fue sólo tres días después de su procesamiento.
fuente CLARÌN