El humo de las ollas populares se mezcla con el de los caños de escape. Algunas carpas se alzan sobre cartones para tratar de aislar el frío y de fondo se escuchan bombos y cantos para animar la noche.
Ayer, desde las 13 unas 2000 personas pertenecientes a varias organizaciones sociales cortaron cinco puentes de acceso a Puerto Madero como antesala de la Marcha Federal que llega esta tarde a la Plaza de Mayo y que buscará ser la medida de fuerza más significativa en lo que va del año contra el gobierno de Mauricio Macri.
La consigna, que se replicó mediante banderas en los puentes de Avenida Córdoba, Presidente Perón, Belgrano, Estados Unidos y Brasil, fue: «Más impuestos a los ricos. Trabajo de verdad. Basta de represión a los que luchan». La elección del lugar no fue casual, sino que se identificó a Puerto Madero como un bastión de la «oligarquía», contra la que protestan.
Anoche permanecían cortados los puentes de Belgrano, Córdoba y Estados Unidos, en donde unos 600 manifestantes se preparaban para pasar la noche y esperar hasta las 17 de hoy, horario en el que confluirán con la Marcha Federal, frente a la Casa Rosada. Las organizaciones que encabezaron el acampe fueron: la Federación de Organizaciones de Base, Votamos Luchar, Agrupación Clasista de Lucha y Trabajo, Movimiento Resistencia Popular, Corriente de Organizaciones de Base La Brecha y la Asociación Gremial de Trabajadorxs Cooperativxs Autogestivxs y Precarizadxs.
Una procesión de tres días
El acampe fue tan sólo la previa de la Marcha Federal, una reedición de una similar en 1994, que llega esta tarde a plaza de Mayo.
La movilización partió el miércoles de cinco puntos del interior, organizados en agrupación NOA, NEA, Cuyo, Patagonia este y Patagonia oeste. Esta mañana las columnas del noreste y noroeste del país se unificarán en el partido bonaerense de La Matanza, en donde se agregarán organizaciones sociales del conurbano. Allí, a las 9, celebrarán un acto en Ruta 3 y Germán Abdala y reanudarán la marcha hacia plaza Once. Finalmente emprenderán un último tramo a Plaza de Mayo.
En paralelo, las dos columnas patagónicas y la cuyana preparan un acto para las 11 en Avellaneda, en plaza Alsina. Subirán luego al puente Pueyrredón y caminarán por la autopista hasta desembocar en Diagonal Sur, para allí emprender un último tramo de procesión a las puertas de Casa Rosada.
En todo el trayecto que recorran las columnas se prevé corte total, incluso en la autopista y accesos a la ciudad. Además, las zonas lindantes a la Plaza de Mayo se verán afectadas desde las 14 aproximadamente, hasta las 20.
Según consultó LA NACION, la CTA de Hugo Yasky, uno de los principales organizadores de la medida, espera una participación de 100.000 personas en la plaza.
El acto central tendrá lugar a las 17. Habrá tres escenarios: uno central, en donde los referentes de las principales organizaciones, partidos y sindicatos que orquestaron la medida leerán un documento que sintetiza el leitmotiv de la convocatoria: «Contra los tarifazos, los despidos y el ajuste». Los otros dos estarán apostados a los costados y dará lugar a las Madres de Plaza de Mayo, políticos y actores que adhieran a la medida.
Más allá del operativo que está preparando el Ministerio de Seguridad, y que representará un nuevo desafío para el protocolo antipiquete del Gobierno (ver aparte), los propios organizadores de la marcha aseguraron a LA NACION que no buscan generar disturbios, sino manifestarse pacíficamente.
«Tenemos un vallado propio para toda la plaza y unos 1500 compañeros armarán un cordón de seguridad alrededor de los manifestantes para contener cualquier imprevisto», comentó uno de los organizadores.
Entre los participantes se encuentran las dos CTA; sectores de la CGT que acaten la medida, como Camioneros; partidos de izquierda; el Frente Para la Victoria y organizaciones sociales como la CTEP, Miles, de Luis D’Elía, y el Movimiento Evita. La medida será acompañada además por un paro de docentes y estatales en varias provincias. Si la convocatoria es exitosa, los organizadores apuestan a reproducirla más adelante nuevamente como una medida de presión hacia el gobierno de Macri.
fuente LA NACIÒN