A poco más de dos meses de su puesta en circulación, los billetes con la imagen del yaguareté parecen replicar la complicada situación que esta especie enfrenta: se los ve casi tan poco como al hermoso felino (el mayor del continente) hoy -lamentablemente- en peligro de extinción. No se trata de un involuntario homenaje. Nada que ver.
Según pudo determinar LA NACION, es un derivado, en buena medida, de la «pachorra» que muestran los bancos en adaptar sus redes de cajeros para facilitar su distribución y de las dificultades que tiene el aprovisionamiento de los tesoros regionales «por la compleja logística que conlleva», apuntan desde el Banco Central (BCRA).
Precisamente los últimos datos aportados por el organismo monetario permiten comprobar que apenas 5 de cada 1000 billetes en circulación hoy son de $ 500 (ver infografía), la mayor denominación hoy en calle y alumbrada tras 25 años de haber mantenido en ese umbral al desgastado -por el esmeril inflacionario- billete de $ 100.
Y de la consulta a las redes de cajeros surge que apenas unos 4000 ATM de una red total conformada por 20.400 equipos readecuaron su configuración para expedir el nuevo billete.
De esta manera, la oferta de dinero efectivo mantiene el desbalance extremo al que se llegó luego de que la administración kirchnerista se negara tozudamente y por largos años a lanzar un billete de mayor denominación, creyendo que de esa manera (y mediante la conocida manipulación de los índices del Indec) podría mantener oculta la verdadera inflación.
Aún hoy cerca del 70% de los billetes en la calle son los de $ 100 en sus ya múltiples versiones (los de Roca, los de Evita, los que tienen una o dos letras de serie; los que se imprimieron de apuro en Brasil en diciembre de 2010, etcétera).
«En nuestra red se vienen actualizando a razón de 150 cajeros por semana para posibilitar las extracciones», explicó Jorge Larravide, gerente de Marketing, Productos y Canales de Red Link
Lo concreto es que la inserción del billete viene a paso lento.
Renovación
Para el economista Amílcar Collante, del Centro de Estudios Económicos del Sur (CeSur), eso obedece a que los bancos «están esperando la próxima aparición del billete de $ 200 para calibrar la mayor parte de los cajeros de una sola vez para los dos billetes y ahorrar costos».
Vale recordar que el yaguareté marcó el inicio de la renovación total de la familia de billetes en circulación por otra que se caracterizará por tener imágenes de la fauna autóctona de nuestro país (en reemplazo de los próceres) y que, como próximo hito, tiene la emisión de la ballena franca austral (billete de 200 pesos) prevista para fines de octubre.
fuente LA NACIÒN