La inflación consolidará en los próximos meses y años su tendencia a la desaceleración, pero lo hará a un ritmo sensiblemente inferior al que promete lograr el Gobierno.
La conclusión surge de la actualización del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que regularmente (en los tres últimos días hábiles de cada mes) realiza el Banco Central (BCRA) entre un nutrido grupo de analistas (fueron 52 en total esta vez) locales y extranjeros.
El informe de ayer revela que el mercado cree que Macri terminará su mandato con una inflación del 9%, contra la del 5% promedio que proyecta haber logrado para entonces el BCRA. Es decir, en el mejor de los casos sólo logrará (y por muy poco) obtener un crecimiento promedio de los precios de un dígito al año.
Según la encuesta, el mercado espera una inflación general que promedie el 1,6% mensual en los próximos seis meses (1,6% para noviembre y diciembre, acelerando al 1,7% en enero y bajando al 1,5% en febrero, para volver al 1,6% en marzo y trepar al 1,7% en abril) y que se estabilice en el 1,5% en su medición núcleo a ese mismo plazo.
Este último dato confirma que los analistas consideran que el BCRA ganó la batalla de corto plazo contra la inflación, dado que imaginan que convergerá, en la medición que excluye precios regulados o con alta carga estacional, al nivel promedio del 1,5% mensual que se había planteado como meta el ente monetario para el final de este año.
Pero descreen de la posibilidad de que consiga una reducción drástica y sostenida de la inflación en el mediano plazo, tomando en cuenta los desajustes de precios relativos que mantiene la economía e, incluso, los planes oficiales para tratar de superarlos (como la proyección de aumentos ya decidida para el gas).
Así, las expectativas de inflación, aunque se moderaron respecto de las que detectó el REM de septiembre (del 20 al 19,7% para todo 2017) aún siguen por arriba de las metas del 12 al 17% que se autoimpuso el BCRA para el año próximo. «Esto implicará una baja más lenta en las tasas de interés», interpretó el economista Hernan del Villar, de la consultora Alpha. «Si manteniendo la tasa al 26,75% anual, como hizo en el último mes y medio, aún no convenció al mercado de un descenso en la inflación al nivel que busca, ¿es que habrá tasa fija para rato?», se preguntó por Twitter el economista Fernando Marull.
Las otras proyecciones
El relevamiento mostró también que los analistas creen que la economía ya ingreso en una fase de reactivación (85% juzga que terminará creciendo 1% al cabo del último trimestre en curso), que para asegurar ese rebote consideran que el Gobierno incurrirá en un mayor déficit fiscal y que, además, se abrió y sostendrá otra era de dólar barato.
Respecto del nivel de actividad, los analistas estiman que la economía cerrará el año con una contracción del 2%, mayor en tres décimas a la que aguardaban hasta ahora, básicamente porque la caída que se habría registrado en el tercer trimestre (la estiman en 2,3%) fue superior a la que aguardaban.
Pero también consideran que la reversión en marcha se sostendrá hasta el final del mandato del Gobierno dado que, al consultarse por primera vez las proyecciones para los siguientes dos años, el consenso indica que esperan crecimientos del 3,2%, 3,3% y 3,5% para 2017, 2018 y 2019, respectivamente. De cumplirse esas proyecciones, la administración Macri cerraría con un crecimiento acumulado ligeramente superior al 8%.
Otro dato que dejó el REM ayer es que los analistas creen que Macri cerrará su primer año de gestión con una caída del 2% en el PBI, un déficit fiscal primario de $ 379.500 millones, una inflación del 39,4% anual, el dólar a $ 15,70 y la tasa de interés de referencia de la economía en el 25,1% anual (lo que representa un recorte de 165 puntos básicos respecto del nivel actual).
Además, gana cuerpo la idea de que se ingresó en otra etapa de apreciación cambiaria, dado que el mercado proyecta que el dólar cotice a $ 18,20 para fin de 2017 (en línea con lo planteado en el proyecto de Presupuesto) y llegue a $ 20,70 para fin de 2018. Ambas cotizaciones implican una devaluación del peso algo menor a la inflación proyectada.
El BCRA debe más pesos que los que usa la economía
El BCRA debe más pesos que los que está utilizando la economía para funcionar. La paradoja es resultado del énfasis que la entidad puso en aplicar una política monetaria contractiva para asegurar una baja de la inflación. Eso la obligó a intensificar la colocación de Letras (Lebac) y derivó en un incremento del 72% de su deuda, observó el Departamento de Finanzas de la Ucema, contra una expansión del circulante del 24 por ciento. Los datos al 31 de octubre muestran que la base monetaria sumaba $ 674.209 millones, contra un total de Lebac emitidas equivalente a $ 689.127 millones. «Esto quiere decir que hay 102,4 pesos de deuda del BCRA por cada 100 circulando», observó Amílcar Collante, de Cesur. La deuda pactada en pesos con Lebac incluso creció más que las reservas del BCRA. «Ese pasivo subió en casi $ 340.000 millones en el año (unos US$ 23.020 millones), mientras las reservas sólo subieron US$ 10.118 millones», acotó el economista.
fuente LA NACIÒN