Argentina tiene una noticia buena y otra muy preocupante en materia de transparencia. La positiva es que en el último año logró escalar 12 puestos en un ranking mundial de 176 países. La mala es que la percepción sobre la corrupción en el Estado sigue siendo crítica y ubica el país en una posición inferior a otros de la región, como Brasil, Uruguay, Chile, Panamá y Colombia.
En 2016, la Argentina obtuvo 36 puntos en una escala de 0 a 100 y se ubicó en el puesto 95 sobre un total de 176 países auditados, según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), uno de los indicadores más difundidos a nivel global, elaborado por Transparencia Internacional.
El IPC clasifica los países según las percepciones sobre el grado de corrupción que existe en el sector público. El índice se elabora a partir de una combinación de trece fuentes, que son encuestas y evaluaciones efectuadas por diversas instituciones mundiales especializadas.
Según el informe al que accedió LA NACION, a través de Poder Ciudadano (que es el capítulo argentino de Transparencia Internacional), en 2015 la Argentina había obtenido 32 puntos y se ubicaba en el puesto 107. El año pasado mejoró su nota en cuatro puntos y escaló a la posición 95 de la tabla, un lugar que comparte con otros cinco países: El Salvador, Kosovo, Maldivas, Sri Lanka y Benín.
Según manifestaron en Poder Ciudadano, «el pequeño avance a nivel global de la Argentina puede responder a que el gobierno anterior era percibido como altamente corrupto, y un cambio de gestión, en principio, puede hacer que esa percepción baje». Agregaron que otro aspecto que pudo haber influido fue «la sanción de normas que se consideran claves», como la ley de acceso a la información pública.
La tabla
La Argentina se ubica entre los cinco países que más escalaron en el ranking, junto con Bielorrusia, Surinam, Timor Oriental y Laos. «Más allá de esos avances, en líneas generales, la percepción sobre corrupción sigue siendo muy elevada», explicaron en Poder Ciudadano. En los últimos cinco años, el país nunca pudo «aprobar» con un cuatro.
José Ugaz, presidente de Transparencia Internacional, manifestó que «en muchos países las personas se ven privadas de sus necesidades básicas debido a la corrupción». El IPC arrojó que casi el 70% de los países obtuvieron una puntuación inferior al 50, lo que evidencia el carácter generalizado de la corrupción en el sector público a nivel mundial.
Los países mejor posicionados en el IPC son Dinamarca y Nueva Zelanda (con 90 puntos), seguidos por Finlandia (89), Suecia (88) y Suiza (86). En la otra punta de la tabla, con el peor puntaje se ubicaron Somalia, Sudán del Sur, Corea del Norte y Siria.
Si se observa sólo el continente americano, la Argentina se ubica en la mitad inferior de la tabla. Con mejor puntaje figuran, entre otros, Uruguay (con 71 puntos), Chile (66), Brasil (40), Panamá (38) y Colombia (37). Los tres peor posicionados en la región son Venezuela (17), Haití (20) y Nicaragua (26).
En su metodología, el IPC combina 13 fuentes de datos de instituciones que se especializan en análisis de gobernabilidad. Entre otros, tiene en cuenta las calificaciones de riesgo país, evaluaciones del Banco Mundial y encuestas del Foro Económico Mundial.