Sergio Schoklender está dispuesto a profundizar su enfrentamiento con Hebe de Bonafini y dijo que ansía que esté sentada en el banquillo de los acusados. El ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo aseguró que el excedente de dinero del plan Sueños Compartidos se usó para la política.
Schoklender está procesado en la misma causa que Bonafini, junto a su hermano, Pablo. El ex colaborador de Bonafini cuestionó que el juez Marcelo Martínez De Giorgi haya dictado la falta de mérito para el ex ministro de Planificación Federal Julio de Vido, lo que consideró «una locura» y «la consecuencia de una impunidad que se mantiene».
«Todo pago, todo convenio, todo contrato, tenía la firma del ministro, que tenía una relación muy especial con Hebe; él decidía qué se hacía y qué no se hacía», aseguró.
En ese sentido, ayer se pronunció el ex titular de la Auditoría General de la Nación (AGN) Leandro Despouy, quien dijo que pensó «que iba a haber más funcionarios procesados», entre ellos De Vido, exculpado por falta de pruebas en su contra. «Pudimos comprobar irregularidades de una gran envergadura. Pensé que iba a haber más funcionarios procesados», dijo el funcionario que realizó un análisis del programa de construcción de viviendas y su trabajo sirvió como prueba para procesar a los acusados. «Es un tanto sorprendente que no haya sido procesado Julio de Vido», dijo el ex funcionario. En esta causa quedaron procesados el ex secretario de Obras Públicas José López y su subsecretario Abel Fatala.
«Fue un proceso de una enorme lentitud», dijo y sostuvo que el programa tuvo «escaso resultado operativo», ya que de «2500 casos auditados por la AGN» se comprobó que «sólo se habían terminado 822» viviendas sobre un total de 4700 anunciadas. «Esto dio lugar a un modus operandi que fue instrumentando desde las más altas instancias del poder», detalló Despouy, que explicó que de los 700 millones de pesos auditados por la AGN, 200 los habían recibido «personas que no tenían nada que ver con la construcción. Dijo que ocurrieron anormalidades «durante mucho tiempo con muchísimas desviaciones» de dinero, por lo que consideró que «es difícil invocar por parte de las autoridades que tenían las máximas responsabilidades, un desconocimiento de esos manejos».
Schoklender, en cambio, dijo que «no hay faltante de casas ni sobreprecios», sino que «el problema está en que de lo que la fundación cobraba quedaba una diferencia, una ganancia, que se utilizaba para las actividades» de la entidad.
«A Hebe y al entorno de ella cada vez se les fue yendo más la mano y terminó subsidiando desde ese ingreso la radio de las Madres, la Universidad de las Madres, la imprenta, la editorial, el centro cultural que funcionaba en la ex ESMA, más los actos políticos», detalló. Afirmó que «si, por ejemplo (el ex vicepresidente Amado), Boudou se quería presentar como candidato a jefe de gobierno y había que empapelar la ciudad con afiches de Boudou, eso lo pagaba la fundación». Es decir, la plata se usaba para la política.
fuente LA NACION