Cuando el PAMI anunció en abril pasado que rescindiría el acuerdo firmado con los laboratorios para la compra de medicamentos se desató entre las partes una lucha encarnizada. Pero la proximidad de las elecciones -y el temor a que el organismo con 5 millones de afiliados se viera envuelto en una crisis- terminó funcionando de paliativo. Según confirmaron a LA NACION fuentes de la industria, la obra social de los jubilados y pensionados dará marcha atrás con la rescisión del contrato para la compra de medicamentos que había anunciado, y estaría próximo a cerrar un nuevo acuerdo con los laboratorios, que se extendería hasta marzo del año próximo.
Representantes de las tres cámaras de la industria farmacéutica -Caeme, Cilfa y Cooperala- se reunieron ayer hasta última hora con el titular del PAMI, Sergio Cassinotti, para terminar de delinear las condiciones del acuerdo, que anualmente supera los $ 31.200 millones.
«Hay voluntad de la industria nacional de cerrar. Seguramente ya la semana próxima estaremos firmando», anticipó el responsable de un laboratorio de capital nacional, con la condición de no ser identificado. «La perspectiva hoy es de un cierre de un acuerdo hasta marzo», coincidió, por su parte, el representante de un laboratorio extranjero, que también pidió mantener su nombre bajo reserva. En el PAMI, en tanto, confirmaron a LA NACION que «las negociaciones están avanzadas».
Con un déficit mensual de entre $ 850 millones y $ 900 millones, Cassinotti decidió en abril pasado rescindir el acuerdo para la compra de medicamentos que su antecesor, Carlos Regazzoni, había firmado apenas tres meses antes. Pero la respuesta de la industria fue mucho más dura de lo que se esperaba: amenazó con dejar de proveer medicamentos con descuento a los afiliados del PAMI a partir del 30 de este mes -el día después del vencimiento del acuerdo actual- y conminó al instituto a que saldara de inmediato la millonaria deuda pendiente.
Jugar fuerte en un año electoral rindió sus frutos. El PAMI terminó por dar marcha atrás con la rescisión del acuerdo, y ahora estaría por firmar con las tres cámaras del sector una serie de adendas que lo ayudarían a mejorar sus finanzas. El PAMI venía desembolsando sólo en medicamentos unos $ 2700 millones por mes, y la intención de Cassinotti es llevar esa cifra a $ 2400 millones.
Para ello, uno de los puntos acordados sería trabajar para mejorar las eficiencias operativas. Por caso, en el PAMI estiman que se está pagando hoy entre $ 120 millones y $ 150 millones por medicamentos que sus afiliados ordenan y nunca retiran de las farmacias. Las empresas farmacéuticas habrían aceptado contribuir a reducir este costo.
También los laboratorios habrían aceptado moderar los aumentos de precios previstos en el acuerdo inicial, que había establecido que irían aumentando hasta cubrir en un 90% la inflación del año.
Otra modificación que incluiría el nuevo acuerdo sería la de establecer protocolos para que no pueda haber abusos en la elección de la marca de los medicamentos. «Esto es -explicó una fuente al tanto de las negociaciones-, no recetar los productos más caros cuando pueda haber una alternativa más barata».
Por su parte, las cámaras accederían a financiar al PAMI, cuando la obra social se exceda de su presupuesto mensual. «Lo que se está hablando es que si se excede el PAMI en el gasto, eso pase a una deuda que se pague en algunos meses, para ayudar a paliar la crisis financiera del instituto», detallaron en la industria. A su vez, habría algunos descuentos adicionales en medicamentos especiales.
A cambio de estas correcciones en el acuerdo firmado en enero pasado, los laboratorios habrían accedido a extender el contrato hasta marzo de 2018.
Para la industria farmacéutica, el acuerdo con el PAMI es uno de los más relevantes. El organismo es el principal comprador de medicamentos del país.
El presupuesto anual del PAMI es el quinto más grande del país, sólo superado por el de la Nación, el de la provincia de Buenos Aires, el de la Ciudad de Buenos Aires y el de la provincia de Santa Fe.
A comienzos de este año, el anterior titular del instituto había cerrado un acuerdo con la industria, pero, según afirmó Cassinotti, los gastos mensuales terminaron superando las expectativas.
Para achicar su déficit operativo, el PAMI no sólo decidió replantear su contrato con la industria farmacéutica, sino que también abrió una nueva negociación con los prestadores sanatoriales, con los que también tiene una deuda grande.
El conflicto por los remedios
Un problema de números
En abril pasado, luego de detectar un rojo de $ 900 millones por mes, el PAMI decidió rescindir y replantear el acuerdo que había firmado en enero de este año con los laboratorios para la compra anual de medicamentos.
La estrategia de la industria
La industria farmacéutica decidió jugar fuerte en el marco de un año electoral: advirtió que dejaría de entregar medicamentos con descuentos después del 29 de junio a los casi 5 millones de jubilados y pensionados afiliados al PAMI.
Un acuerdo negociado
PAMI dio marcha atrás con la rescisión del acuerdo, pero negoció sumarle algunos cambios. El nuevo contrato se firmaría la semana próxima. El organismo espera bajar su gasto mensual en remedios de $ 2700 millones a $ 2400 millones.
fuente LA NACION