Fue un cross a la mandíbula, un golpe de nocaut. Esa es la sensación que impera en San Luis tras la estrepitosa derrota sufrida en estas elecciones primarias por los hermanos Rodríguez Saá a manos de Claudio Poggi, el ex gobernador peronista que se alió a Cambiemos con el objetivo de destronar a la dinastía política que gobierna la provincia desde 1983.
La diferencia final fue de 19,11 puntos, una ventaja impensada hasta para los dirigentes de Avanzar y Cambiemos, el frente que lideró Poggi, y que ha calado hondo en el seno del PJ puntano a pesar de las palabras optimistas con las que Adolfo Rodríguez Saá intentó cicatrizar las heridas.
«Este partido era nada más que clasificatorio, la final la jugamos en octubre», arengó en plena noche de derrota el senador nacional a sus seguidores, rodeado de su hermano y gobernador provincial Alberto, y de los candidatos que lo acompañaron en este turno electoral.
Sin embargo, el golpe fue demoledor. «No veo de dónde van a salir los votos para revertir esta situación», dijo a LA NACION un dirigente cercano a los Rodríguez Saá.
Las heridas todavía están muy frescas, pero en San Luis ya se escuchan varias interpretaciones para tan estrepitosa derrota.
La mayoría de los dedos apuntan a Alberto Rodríguez Saá, al que le endilgan una serie de errores tácticos que habrían derivado en esta situación casi inédita para el PJ puntano.
Una de ellas fue su decisión de aliarse a Cristina Kirchner. «Diez años resistimos al kirchnerismo, que nos hizo la vida imposible, y ahora, que están en retirada, vamos a abrazarnos a ellos; peor, imposible», fue una de las quejas más escuchadas en el PJ de San Luis tras la derrota.
Otro factor se remonta a 2015, cuando «el Alberto» decidió competir por la gobernación, desoyendo el clima político del momento que recomendaba darle a Poggi, por aquel entonces en el PJ, la posibilidad de buscar otro mandato. En esta conclusión confluyen las ideas de que este turno electoral no hace más que resolver una interna postergada, sostenida en el peronismo, y de que el resultado del domingo se explica en el hartazgo de gran parte de los puntanos con los Rodríguez Saá, latiguillo sostenido por la oposición provincial.
fuente LA NACION